SALUD: LA DEUDA ETERNA DE LOS GOBIERNOS

Cuando la pandemia por Covid-19 asoló al mundo, hubo muchxs que declamaron la imperiosa
necesidad de contar con sistemas sanitarios fuertes, que den respuesta a los requerimientos
de la población y que desarrollen esquemas de prevención que impidan padecimientos
mayores. Entre quienes se comprometían a proveer de los mejores recursos para paliar la
situación estaban la inmensa mayoría de lxs gobernantes quienes, hasta ese momento, apenas
tenían a la Salud en los últimos lugares de sus agendas o, incluso, ni la tenían.
Sólo han pasado tres años de la declaración de inicio de la pandemia en nuestro país, tiempo
en el que brotaban por todas partes aquellas declaraciones de lxs funcionarixs, sean
nacionales, provinciales o municipales. El covid, aunque no fue eliminado por completo, entró
en una etapa de atenuación; las preocupaciones al respecto se han ido moderando y, junto a
ello, las decisiones políticas han devuelto al sector al final de la fila.
Nuestros hospitales y centros de salud padecen un deterioro que no se detuvo ni aún durante
los peores momentos de la epidemia. La crisis del sistema, evidenciada por la escasez de
personal, la falta de cobertura de las guardias hospitalarias, el desmantelamiento de la
Atención Primaria, las deficiencias en la infraestructura edilicia y los pocos recursos en general,
es notable. Ello repercute en la capacidad de brindar respuestas a la población, que no tiene
asegurado ni de cerca el Derecho a la Salud que le corresponde.
En Florencio Varela, esta problemática es aún más aguda. Los CAPS (Centros de Atención
Primaria de la Salud), dependientes el gobierno municipal, vienen sufriendo una pérdida
constante de profesionales que, a pesar de largas trayectorias en el distrito, deciden emigrar
debido a los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo. A ello, se agrega la ausencia de
perspectivas de crecimiento a expensas de la inexistencia de un proyecto que coloque a la
Salud dentro de las prioridades de la gestión.
El Hospital Mi Pueblo, de administración provincial, también padece una situación complicada.
Aún con salarios algo mejores que en el ámbito municipal, las dificultades para cubrir los
cargos vacantes son una realidad, cuestión que se manifiesta predominantemente en la
atención pediátrica y en la asistencia en las guardias médicas, siempre con menos personal
que el que se requiere.
Ante este panorama, la calidad de atención se ve seriamente afectada. Asiduamente, las
personas que demandan cuidado deben peregrinar por diversos lugares para conseguir ser
atendidas, no logrando resolver en muchas ocasiones sus problemas. En salud, la prevención
es esencial, y si los Centros tienen sus equipos diezmados, sólo se obtendrá una asistencia de
urgencia.
Las condiciones de vida de la población están severamente limitadas por las políticas que
impulsan quienes nos gobiernan. La pobreza, la falta de acceso al trabajo y a viviendas dignas,
las dificultades en alcanzar una alimentación adecuada, son parte de esos condicionantes. Y si
quienes deben velar por la organización del sistema de Salud, a nivel municipal, provincial y
nacional, siguen mirando para otro lado y destinando presupuestos misérrimos para el área,
sólo seguiremos subsistiendo, empeorando aún más esas circunstancias. Sin ninguna duda, las
autoridades son las principales responsables de modificar la acuciante situación.


Por CICOP FLORENCIO VARELA


Publicado

en

,

por

Comentarios

Deja una respuesta