La violencia, la periferia y el narcomenudeo vuelve a cobrarse la vida de otro pibe de nuestros barrios.
El fin de semana pasado en la intersección de las calles 1335 y 1323 el barrio Paraná se vio sacudido por otro homicidio violento de un joven de 20 años llamado Ever Alarcón del que circulan dos versiones encontradas y la certeza de que esta nueva muerte tiene que ver con una disputa del territorio por bandas del narcomenudeo.
El primer dato es nuevamente que la violencia se desata en las periferias de la ciudad como sucede hace unos años y las voces en off de sectores policiales indican a una banda llamada “los paisa”. Está claro que en la periferia de nuestra ciudad no opera tal banda sino múltiples grupos, muchos de ellos sin conexión entre sí.
Una de las versiones sostenidas por la familia de Ever y llamativamente respaldada por personal policial de la Comisaría 5ta es que la balacera provino de dos vehículos de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI).
La investigación judicial con auxilio de la gendarmería, ya que la bonaerense fue apartada del caso, sostiene luego de revisar los sistemas satelitales de los vehículos de UTOI que uno de ellos estuvo antes de los hechos a varias cuadras del lugar y que los impactos de bala fueron realizados con otros calibres distintos a las armas reglamentarias. Entonces ¿por qué miembros de la Comisaría 5ta y familiares de Ever sostienen que personal de la UTOI es responsable?
La familia afirma que Ever se dirigía a comprar un medicamento y que ni él ni su familia tienen nada que ver con el narcomenudeo, pero numerosas voces del barrio sostienen que el padre del joven Néstor “el paragua” Alarcón tiene una larga trayectoria vinculada a la venta de armas y drogas en la zona.
Otro dato que llama la atención de los investigadores es que en la autopsia preliminar el cuerpo de Ever tiene entre 20 y 50 impactos de bala lo cual muestra un ensañamiento no habitual, pero además testigos sostienen haber escuchado ráfagas por lo cual estamos ante el posible uso de una ametralladora.
En los allanamientos realizados por la Fiscalía N°1 a cargo del Dr. Provisionatto en el barrio Paraná se incautaron más de 100 dosis de cocaína, dos armas que serán peritadas y tres chalecos antibalas.
Las versiones más firmes hablan de un enfrentamiento por el territorio entre Néstor Alarcón, un viejo conocido de la bonaerense local, y un nuevo grupo que recluta jóvenes del barrio dirigido por un masculino de origen paraguayo que no vive en Paraná.
Estaríamos ante una interna entre personal de la Comisaría 5ta y los recién llegados de la UTOI ¿Podría ser la razón por la que la policía que responde al jefe de estación Ramón Rodríguez inculpa a la UTOI? ¿Por qué los jefes policiales siguen hablando de una banda llamada “los paisas” cuando saben que son numerosos grupos y no uno solo?
La bonaerense de nuestra ciudad está detrás de los vínculos con estas bandas que operan en la periferia como quedó demostrado en la investigación realizada por el Fiscal Daniel Ichazo que terminó con la detención del segundo jefe de la Distrital Berazategui el “Tarta” Casiano y un grupo de policías por organizar la venta en Ingeniero Allan.
Comienza con este hecho una nueva investigación, pero está claro que en la periferia siguen muriendo pibes violentamente y miles de familias son rehenes de los negocios ilegales del narcomenudeo, el cansancio de los barrios tiene un límite y las bandas mafiosas tienen que perder la protección y complicidad del poder político y las fuerzas de seguridad.
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