El juez Moro ha decretado el arresto de Lula en la tarde del jueves 5 de abril de 2018, y ordenó al ex presidente que se presentara a las 5 de la tarde del día seguiente a la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, Paraná. El arresto inició un punto muerto dentro de la sede del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos del ABC (Santo André, São Bernardo do Campo y São Caetano/SP), donde estaba Lula. Una multitud rodeó el edificio negándose a dejar que él se rindiera a la policía.
Adentro, Lula seguía hablando con militantes de partidos políticos de izquierda y movimientos sociales, analizando se debería rendirse o resistirse.
Aproximadamente 25 horas después de la fecha límite del juez, el ex presidente abandonó la sede del sindicato a pie, bajo una fuerte resistencia popular, para entregarse a la Policía Federal una hora después.
El encarcelamiento ilegal de Lula dio lugar al Comitê Internacional de Solidariedade em Defesa de Lula e a Democracia no Brasil, conocido como el Movimento Lula Livre (PT), Free Lula (EN), Lula Libre (ES). Compuesto por varios movimientos sociales, sindicatos, activistas y personalidades, con el objetivo principal la liberación inmediata de Lula y garantizar un juicio justo al ex presidente.
Con representantes de más de 50 países, el Comité tiene 13 representaciones en el continente americano y 46 en Europa y miembros conocidos internacionalmente como Bernie Sanders, el senador estadounidense de Vermont y posible candidato presidencial demócrata; Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel argentino; José Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay; y Noam Chomsky, lingüista y filósofo estadounidense.
El 7 de abril de 2018, se instaló el campamento Marisa Letícia (nombre de la esposa fallecida de Lula), frente a la prisión de la Policía Federal, comenzando la Vigilia Democrática de Lula Livre, que, además de actos políticos y culturales, todos los días a las 9 de la mañana, los participantes saludaban al ex presidente con un grito al unísono de “Buenos días, presidente Lula”, a las 2 de la tarde hablaban “Buenas tardes, presidente Lula” y a las 7 de la noche “Buenas noches, presidente Lula”.
Los partidarios de Lula sufrieron ataques de la Policía Militar de Paraná, que en mayo de 2018 destruyó el equipo de sonido y retiró los vehículos de seguridad y, en junio, hubo tiros contra el campamento. Aun así, los militantes resistieron y se estima que más de 100,000 personas pasaron por el sitio solo en 2018.
Todavía en abril de 2018 comenzó una serie de espectáculos en Brasil que se conocieron como Festival Lula Livre. El 28 de ese mes, más de 40 artistas, como Chico Buarque, Gilberto Gil y la ya fallecida Beth Carvalho, subieron al escenario montado en los Arcos da Lapa, Río de Janeiro. El festival también tuvo ediciones en varias ciudades del país, como Porto Alegre, São Paulo y Florianópolis, y el 17 de noviembre tendrá lugar en Recife, capital del estado de Pernambuco, con la presencia confirmada del propio Lula.
El día que la prisión cumplió un año, se realizaron manifestaciones en 17 capitales brasileñas y al menos 32 actividades en otros 15 países. En Curitiba, más de 10,000 personas se reunieron afuera de la prisión de PF.
En junio de 2019, la Campaña Lula Libre adquirió un elemento de lucha inusual e inesperado: el llamado Vaza Jato. El periodista estadounidense Glenn Edward Greenwald, quien ganó el Premio Pulitzer de periodismo en 2014 por un informe sobre el programa de espionaje de la NSA en los Estados Unidos, comenzó una serie de informes en el periódico virtual The Intercept que contenían conversaciones filtradas a través del app Telegram, entre el ex juez Sérgio Moro, el fiscal Deltan Dallagnol y otros miembros del grupo de trabajo Operación Lava Jato, demostrando la relación promiscua a la que me referí en mi primer texto, entre la fiscalía y el juez en el caso Lula. Esta revelación parece haber tenido una influencia directa en la liberación de Lula y es sobre ella que hablaré en mi próximo texto.
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