Florencio Varela: cómplices de ayer y de hoy

Florencio Varela no fue ajena a la represión estatal que se desató entre 1976 y 1983; dentro la represión ejercida por civiles sobresale y se repite un nombre: Francisco “Chicho” Basile, quien siendo muy joven ingresó a trabajar a la fábrica Peugeot y se mostró como simpatizante del nazismo, al vincularse a los grupos de ultraderecha dentro del Sindicato Smata.
La primera certeza de su rol en grupos de tareas de civiles articulado con fuerzas de seguridad surgió de la declaración de Melva Campodonico, enfermera del Hospital Municipal Nicolás Boccuzzi, cuando declaró en el Juicio por la Verdad realizado en la Cámara Federal de La Plata que “un señor de pelo colorado y con labio leporino” -descripción coincidente con Basile- coordinó el grupo que la trasladó de la Comisaría 1era al Batallón 601 de City Bell, tras el allanamiento del ejército en su casa.
Además, Campodonico asegura que pudo identificar el nombre y apellido de uno de sus secuestradores al ver los afiches de campaña donde Francisco “Chicho” Basile aparecía como candidato a concejal.
Con la apertura democrática en 1983 Chicho Basile continuó con su escalada dentro del poder local: fue un actor clave en la definición de quién sería el nuevo candidato del peronismo. La interna se dirimió entre un joven abogado (ex policía bonaerense, ex militante de la tendencia peronista y finalmente miembro de la derecha peronista) y José “León” Gonzáles, obrero de Peugeot muy cercano a Basile y a la ultraderecha local.
González (a quienes los sectores gremiales combativos de Peugeot llamaban “León de Oro: el más traidor de todos”) ganó la interna pero, de modo sorpresivo, renunció a su candidatura, en medio de rumores acerca de que Basile lo convenció entre amenazas y aportes económicos.
Así, repentinamente, el candidato local del peronismo fue un joven platense con fama de progresista llamado Julio Carpinetti; quien sería el primer intendente de la democracia en Florencio Varela.
El 11 de diciembre de 1983 Carpinetti designó a Basile como Secretario de Gobierno; y a Graciela María Gianettassio, la mano derecha de Eduardo Duhalde -el hombre de la ultraderecha en Lomas de Zamora- como subsecretaria de gobierno.
En este contexto, por medio del decreto 1909/83 Chicho Basile y Graciela Gianettassio serían los encargados de investigar los entierros NN en el cementerio local, tras los reclamos de justicia por familiares de víctimas desaparecidas y del diputado Jorge Fava. Sin embargo, cuando la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Florencio Varela pidió información sobre la actuación de dicha comisión la comisión investigadora, el entonces intendente interino Andrés Watson respondió que no existió ninguna investigación.
No obstante, según consta en el informe 279 del Tomo IV, Basile y Giannettasio entregaron el listado de cuerpos NN que obraba en un expediente municipal a la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPBA).
Posteriormente, la relación política entre Basile, Carpinetti y Gianettassio se rompió, de forma que Basile enfrentó la la dupla Carpinetti/Gianettassio y conformó un bloque de concejales disidentes que incluyó al confeso nazi Schelnast y que solía frecuentar Patricio Camps (miembro de las bandas de ultraderecha e hijo de Patricio Camps, el carnicero que dirigió la Policía de la Provincia de Buenos Aires).
En 1987, tras numerosas denuncias de atentados con armas y explosivos, el Juez Juan Ramos Padilla ordenó la detención de Chicho Basile, allanando su casa, en donde se encontraron armas y y gran cantidad de libros vinculados al nazismo.
Tras el allanamiento, Basile se mantuvo prófugo por dos años, y luego de un período de inactividad pública, fue tapa de todos los medios porque voló un oleoducto de la empresa YPF en Sarandí, siendo él quien dirigía la banda que había pinchado los caños y vendía la nafta adulterada, hecho por el cual pasó varios años en prisión, hasta que quedó en libertad.
En 1992 llegó a la intendencia Julio Pereyra, hasta entonces ultra carpinettista, de la mano de Eduardo Duhalde, con Graciela Gianettassio y el colaborador de la dictadura Luis Genoud como tutores de la gobernabilidad. A partir de entonces Basile comienza a estrechar vínculos con el nuevo intendente y ahí empieza un nuevo capítulo dentro del poder local.


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