Desde el segundo semestre del 2023 se vienen dando enfrentamientos violentos en Florencio Varela donde 10 varones muy jóvenes, y de condición humilde, fueron asesinados.
Con la vuelta a la democracia se fue consolidando lentamente un sistema policial tolerado por los gobiernos provinciales que se basa en el autogobierno donde la propia estructura policial dirime sus internas, originadas por disputas de cargos y cajas económicas, pero, también, como lo demuestran diferentes investigaciones judiciales y periodísticas; se autofinancian. Así, quedan a la vista los enormes patrimonios que salieron a la luz en las últimas décadas, de cientos de policías bonaerenses.
Pero también regulan el delito, un ejemplo muy claro es que, llamativamente, en la mayoría de los casos los puntos de venta de drogas se trasladaron a la periferia de la ciudad, campos baldíos y los costados de arroyos. Una metodología muy precisa y característica.
Este modo de actuar del sistema de poder de la bonaerense fue denominado en Varela “La Banda de los Paisas”, una creativa definición del último Jefe de Estación Ramón Rodríguez para justificar las muertes y balaceras entre bandas en los barrios periféricos.
Ese latiguillo “fueron los paisas” fue repetido por algunos medios alineados con el gobierno municipal, el propio gobierno, los ingenuos concejales y gran parte de la población.
La tremenda lucha “imaginaria” no fue más que una burda mentira que solo requería ver información judicial para que quede claro que “no existían los paisas” sino numerosos grupos, en su mayoría sin ninguna vinculación. Entonces ¿por qué se construyó esa mentira?
En una brillante investigación del Fiscal Daniel Ichazo dónde quedan detenidos varios efectivos policiales, entre ellos el Segundo Jefe de la Jefatura Distrital de Berazategui Omar “el Tarta Cassiano”, los propios policías permitían a cambio de dinero la venta en el Campo “La Vasca” del Barrio “La Carolina” de Fcio. Varela en el límite con Berazategui. ¡Estas no son meras opiniones, son datos reales del expediente!
El mismo modo de operar se ve reflejado en otra brillante pesquisa realizada a fines del 2023 por el Fiscal Darío Provisionato dónde cinco policías (incluidos el Subcomisario de la Comisaría 1° de Varela y miembros de la Delegación de Narcotráfico de Quilmes) quedan detenidos por “cobrar a los vendedores de drogas”.
A estás dos averiguaciones se suman, asimismo, seis policías presos (entre ellos el Comisario Mayor Centurión, ex Jefe de la Delegación de Drogas de Quilmes, imputado por el asesinato de Lautaro Morello y la desaparición de Lucas Escalante).
En medio de las detenciones son brutalmente asesinados 10 pibes en situaciones donde, en forma directa o indirecta, la venta de drogas disparó estos hechos de violencia. Sucesos reflejados por los medios locales pero, ante eso, tenemos un gobierno municipal (y los concejales supuestamente opositores de Juntos y la Libertad Avanza) que mantienen un escandaloso silencio.
Ahora bien, un dato que revela la estrecha relación entre la policía bonaerense y el gobierno municipal es que más de 30 jefes que cumplieron funciones en Varela al jubilarse fueron (o son) funcionarios en tareas diversas como las de las áreas del cementerio, tránsito, seguridad, ceremonial, servicios internos, legales y el ejemplo más extraño es el del ex marino sospechado de tener vínculos con los servicios de inteligencia: Osvaldo Varela que fue nombrado en Inspección General. Sin ir más lejos, el actual Secretario de Seguridad del municipio es Roberto Mongelos quien, además de profesar un profundo desprecio por la gente humilde, fue un pésimo funcionario policial cuando luego de la Masacre de Senzabello pretendió hacer cargo del brutal hecho a un niño de 14 años. En fin, una muestra más de la estrecha relación entre la policía y la política.
Y no olvidemos que esto se enmarca en el hecho de que, desde 1992, es el Partido Justicialista local, encabezado por Julio Pereyra y acompañado de Luis Genoud, Carlos Kunkel, Graciela Giannettasio y el secuestrador de la dictadura Francisco “Chicho” Basile (que en las sombras fue Menemista, Duhaldista, fugazmente Delasitista, Kirchnerista aunque “un poco Albertista”; pero que siempre mantuvo la coherencia en reclutar como funcionarios municipales a ex miembros la bonaerense), quién está en el poder.
Lo de Basile y otros, de esta forma, ¿será una devolución de favores?,
- ¿Es casualidad que la venta de drogas se instale en la periferia de la ciudad en campos baldíos, junto a los arroyos o en el los límites del distrito? o, como algunas fuentes policiales sostienen, ¿es un pacto de gobernabilidad para que las zonas urbanas estén alejadas de la violencia?
- ¿La política y la policía no saben de la existencia de estás lógicas de venta de estupefacientes, demostradas con claridad por los fiscales Ichazo y Provisionato, dónde hay numerosos policías presos?
- El Secretario de Seguridad del municipio, Roberto Mongelos, totalmente ineficaz para desbaratar el narcomenudeo local, ¿por qué fue premiado desde hace años con el cargo de secretario de seguridad del municipio?
- ¿Por qué la anterior Fiscal a cargo de la Ayudantía de Drogas, Lorena Iovanovich, mostró una paupérrima tarea a pesar de contar con el enorme apoyo de Luis Genoud y el actual fiscal Leonardo Valli?
¡Todos interrogantes fundamentales qué nos hacemos hace tiempo! ¡Y que nadie del poder político- policial quiere responder aunque las respuestas estén a la vista de todxs!
De ese modo, intentan “darnos soluciones” a fines del 2023 mediante el nuevo Ministro de Seguridad Alonso que descabezó las cúpulas locales de la policía y trajo personal que desempeñaba funciones en Almirante Brown, incluido el Jefe de Estación Edgardo Perdiguero, pero sigue la violencia en la periferia con nuevas personas muertas o enormes balaceras, como las dos realizadas en una semana en Villa Hudson.
Mientras tanto, en silencio también continúan los policías que decidieron investigar la droga (que llevó a detenciones de sus propios pares) y que son trasladados como modo de castigo, ¡porqué cuánto más lejos mejor!
Con esto demostramos que el problema no se resuelve con cambios de comisarios, allanamientos de urgencia para calmar a las barriadas, poniendo unas luces en las calles. El problema es más profundo y complejo, la bonaerense es un gran problema y sí no se destruye ese sistema de regulación del delito, no pensamos que, quizá; ¿podríamos terminar como Rosario?
¡Y el diputado Julio Pereyra, el intendente Andrés Watson, los concejales oficialistas y los que dicen ser opositores guardan un estrepitoso silencio cómo sí no conocieran del tema ni supieran de las tramas que se entrecruzan en nuestro territorio!
Tal vez, puedan buscar en el diccionario el significado de las palabras: “autogobierno”, “autofinanciamiento”, “regulación del delito”, “tercerización de la violencia”, “connivencia”, “pago de favores”, “enriquecimiento ilícito”, “encubrimiento”. Y, si acaso no encuentran las definiciones… como diría el ex candidato a presidente Sergio Massa: “búscalo en Google”.
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