El 19 de mayo de 2010 un grupo de familias jóvenes, en su mayoría del Barrio Agustín Ramírez y los barrios vecinos, tomaron un predio del estado nacional. Muchas de estas familias se encontraban anotadas en las interminables listas de Emergencia Habitacional, sin que hubiera respuesta.
El día después, el 20 de mayo, fueron desalojados por la policía con orden judicial impulsada activamente por el Intendente Julio Pereyra y ahí comenzó un largo proceso de lucha de las familias desalojadas.
Más de 100 familias deciden acampar sobre la calle Diagonal 1, conocida como la arboleda del Barrio Agustín Ramírez, y se inicia un largo proceso de negociación con las autoridades municipales acompañados de la Red de Organizaciones Comunitarias Monseñor Enrique Angelelli.
Ese largo proceso estuvo marcado por el aprendizaje de las familias para poder organizarse en una comisión de delegadxs, y las actitudes de los funcionarios municipales que se dividían entre los que actuaban de modo honesto y los que eran parte de negociados escandalosos.
Durante un poco más de un año se negoció con los funcionarios la puesta en marcha de un loteo social con servicio de luz y agua para 91 familias, que fueron censadas para evitar que accedan quienes ya tenían casas.
Durante ese año y medio se discutió el acceso al lote, una Cooperativa por familia y los materiales para realizar la autoconstrucción de las viviendas.
El rol de personajes como el Secretario de Desarrollo Social, Alejandro Bagatto fue nefasto, ya que todo el tiempo trabajó para dividir la organización y negaba tener materiales para la autoconstrucción de las viviendas.
A partir de la búsqueda de información precisa, se pudo demostrar que el municipio administraba fondos para autoconstrucción del Programa Argentina Trabaja, que eran desviados y se fraguaban datos y construcciones inexistentes.
Esa información fue vital para que los Secretarios de Obras Públicas, Tomas Vanrell, y de Desarrollo Social, Alejandro Bagatto, tuvieran que poner «los recursos desviados en los Loteos sociales cuando se adjudicaran «. Era el primer triunfo importante para las jóvenes familias.
En ese año y medio el municipio puso a disposición tres predios que tenían condiciones diferentes, en el Barrio El Rocío era municipal, en Ingeniero Allan también municipal y en el Barrio Los Pilares hicieron una llamativa compra de un predio privado.
El predio de Ingeniero Allan fue loteado de modo ilegal y burdo por el municipio incumpliendo todas las normas legales con la firma del Subsecretario de Obras Públicas, Fabián Basurto, algo nunca visto.
El predio del Barrio Los Pilares fue comprado a una empresa petrolera donde llamativamente figuran entre los dueños el ex Diputado Carlos Kunkel y el ex Intendente Julio Carpinetti… seguramente eran ahorros de viejas épocas.
Al cabo de casi un año y medio se mudaron 56 familias al Loteo Social Los Pilares, 20 familias al Barrio El Rocío y 15 familias a Ingeniero Allan con los materiales de autoconstrucción y una Cooperativa por familia.
Este proceso de lucha le cambió la vida personal a la mayoría de las familias que entendieron el valor de lo colectivo como garantía de accesos a derechos, y dejó al descubierto que la corrupción municipal también actúa sobre los pocos beneficios a los que acceden los más pobres (debemos diferenciar a funcionarios de menor rango que no eran parte de las oscuras tramas).
Hoy, a 13 años de la histórica lucha por la tierra, muchas de las familias del Loteo Social Los Pilares siguen construyendo vida desde el Centro Comunitario Los Pilares que es parte de la Red de Organizaciones Comunitarias Monseñor Enrique Angelelli.
Solo la lucha y la organización cambia las injusticias del mundo.
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