El 9 de diciembre del 2022 Lautaro Morello (18 años) salió a festejar el triunfo de la Selección Argentina, contra Holanda, en el marco del Mundial de Fútbol de Qatar. La planificación de una salida cargada de felicidad, festividad, emoción y sentimientos compartidos junto a Lucas Escalante, de 26 años (el otro joven víctima de este caso y que hoy continua desaparecido), muy pronto, tristemente; se convertiría en una pesadilla para los dos amigos y para las familias de ambos. Lautaro fue secuestrado, junto a Lucas, para posteriormente aparecer asesinado a la vera de la Autopista del Buen Ayre, a escasos kilómetros de la Casa Quinta del Comisario Francisco Centurión, recientemente detenido ante un frustrado intento de fuga.
Desde el momento que Lautaro y Lucas desaparecen la tarea investigativa de la Fiscal Mariana Dongiovanni, y de la Policía Bonaerense, estuvo plagada de errores y encubrimientos que la familia de Lautaro denunció. Desde un comienzo el poder policial y judicial se manejó con impunidad, desidia y metodologías de investigación reacias a esclarecer el caso y a alcanzar la JUSTICIA que se debe. Sin dudas la serie de crímenes que envuelve a la causa, y el tratamiento de la misma, desnudaría un entramado político- mafioso que acecha a nuestra ciudad y pone en riesgo a nuestrxs pibxs, jóvenes y familias, a nuestros barrios.
Uno de los hechos inaceptables e infames que forman parte de dicho accionar respondió a que Lautaro fue enterrado sin que la familia reconociese el cuerpo lo cual género profundas dudas, e interrogantes, que requerían urgentes respuestas.
Esta situación plagada de irregularidades llevó a que el expediente pase por las manos de cuatro fiscales que terminaron apartados de la investigación.
Ante este panorama, cuando asumió la misma el Doctor Daniel Ichazo, una de las primeras cuestiones que planteó la familia al nuevo fiscal fue realizar una muestra de ADN del cuerpo de Lautaro.
Desde el principio el fiscal Ichazo entendió la postura de la familia y se avanzó con el trámite para agilizar la exhumación. Así fue que la misma se pudo llevar a cabo en el día de ayer, viernes 11 de agosto, en horas de la mañana.
En la exhumación, especialmente coordinada por el fiscal Ichazo junto con peritos de la Policía Federal, estuvieron presentes miembros de la familia de Lautaro como era debido. Sin embargo, lo llamativo de la jornada surge al no entender que rol cumplía, en el lugar, el Subsecretario de Defensa Civil , Movilidad y Logística del municipio de Florencio Varela: Franco Rizzo.
Desde la desaparición de los jóvenes la familia de Lautaro desconfío del papel jugado por Rizzo, quién aparecía en los diferentes rastrillajes y acciones policiales actuando con ellos, incluso, con el actualmente detenido, e imputado, Comisario Inspector Sergio Argañaraz (ex interventor de la comisaría 4ta. de Bosques) que siempre se condujo con maniobras que obstruían las averiguaciones o desestimaban los importantes aportes de testigos.
¿Era necesario que un personaje como RIZZO, que no goza de la confianza de los familiares de Lautaro, y que, además; hace semanas fue imputado por el Fiscal Ichazo por encubrimiento en la causa “Zisuela 2” (acerca de las complicidades que se desprenden de la causa por Red de Trata y Explotación Sexual que dirigía el condenado ex concejal Daniel Zisuela) presenciará y participará de la exhumación?
Indudablemente su presencia, en un momento tan duro para la familia, fue una provocación.
El resultado de la muestra de ADN del joven estará listo dentro de los próximos 30 días y quedará develada la duda de la familia. Mientras tanto, en medio de tanto dolor, tuvieron que soportar la presencia del funcionario Rizzo.
¿Por qué y para qué?. Urgen las respuestas así como siguen apremiando las resoluciones y el alcance de JUSTICIA POR LAUTARO Y LA APARICIÓN CON VIDA DE LUCAS.
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