Se termina el año 2024 y desde “Agencia de Noticias La Barriada” queremos compartir un balance de lo sucedido a nivel político- social en nuestro Partido Varelense, durante este año
El primer elemento a tener en cuenta es que desde 1992 (con la llegada de Julio Pereyra a la intendencia) se consolidó un modelo político que tuvo como características centrales: controlar el sistema de partidos políticos, someter a la estructura a partir de un sistema de premios y castigos sin importar la idoneidad de nadie, por el cual muchísimas mujeres sufrieron (y sufren) abusos sexuales de diferente tipo; una organización de saqueo de fondos públicos (además de otros negocios turbios), un control de la práctica judicial para garantizar impunidad de lxs más poderosos y aliados, una designación impune de funcionarios policiales para controlar la calle y, finalmente, designaciones de los responsables educativos para ejercer vigilancia en las escuelas. Esas lógicas les dieron el poder casi absoluto a Pereyra y sus “seguidores” por no decir “secuaces”.
Así, durante casi 30 años el manejo del poder funcionó y estuvo en manos de Julio Pereyra, Graciela Giannettasio, Luis Genoud y Carlos Kunkel. Probados representantes oscuros de la política local conservadora por el hecho (como mínimo) de haber sido y/ o ser parte de la camada de personajes más enlodados y partícipes de hechos ilícitos de diversa índole (desde complicidad y/ o responsabilidad durante crímenes de lesa humanidad en el período de la última dictadura hasta la creación y/ o mantenimiento de diferentes “cajas” de recaudación municipales que están por fuera de la ley, entre muchos otros). Acciones de las que, obviamente, siempre resultaron inmunes gracias (insistimos) al entramado político- económico mafioso que se enquistó en el poder municipal (y que ellxs mismos instalaron) desde principios de los ’90.
Por esa impunidad de la que hablamos, no es de extrañar que la biología haya logrado lo que no pudo la oposición política (también, en general, cómplice de toda esta trama): que de ese cuarteto nefasto, que tanto mal le ha hecho y hace a Varela, solo Julio Pereyra siga intentando ser el dueño del poder ya que Giannettasio falleció, Kunkel ya no incide en la vida diaria y Genoud está sufriendo una grave enfermedad.
Ante esto último, asistimos al fin de una época que duró casi 3 décadas porque es bien sabido que la alternativa dentro del PJ (encarnada por Andrés Watson) es una expresión política sin peso ni inserción territorial que solo puede mostrar un ritmo aceptable de obras públicas que (frente al abandono reinante de tantos años) solo resultan “simples vasos de agua en un inmenso mar”
Por tanto, el Partido Justicialista Local, desde 1983, conserva el gobierno municipal, pero en los últimos 20 años fue perdiendo su base de apoyo. Sin ir más lejos, en la reciente elección si bien ganó, solo un 3,5 de cada 10 votantes los acompañó. O sea, el resto de varelenses votó otras listas, lo hizo en blanco o no fue a votar.
A esto se le suma que, como nunca:
✓ la Policía Bonaerense (a cargo de Edgardo Perdiguero) mostró su ineficacia en términos de garantizar la seguridad provocando que los barrios se inunden aun más de drogas, violencia y muertes ante un silencio atroz de lxs funcionarixs oficialistas que propiciaron que se pierda el control territorial y que
✓ la Justicia vaya despegándose y demostrando independencia del entramado mafioso encubridor pereyrista (en paralelo al deterioro biológico del ex Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires: Luis Genoud) gracias a que sujetos poderosos como Daniel Zisuela o el Comisario Mayor Francisco Centurión estén presos junto a miembros de la Delegación de Drogas Peligrosas de Quilmes, al Comisario Inspector Sergio Argañaraz o a los ya condenados Diego Giménez y Mirta Rojas. Todo lo cual (y sin titubear) es sumamentesaludable para nuestra democracia local.
Entonces, las grandes preguntas que surgen son: ¿qué sucederá ante el final de un sistema de poder dónde Pereyra intenta mantener a flote los restos de épocas gloriosas para él y “los suyos”?, ¿y cómo se logra esto con un Andrés Watson que muestra su incapacidad de construir y ejercer poder? ¿Y qué pasará con las diferentes redes ilegales ante el “ocaso” del poder hegemónico pereyristas?
Sin dudarlo, el mayor riesgo es la fragmentación de las diferentes tribus políticas y de las bandas ilegales diversas; lo cual podría llevar a la ciudad a una crisis de consecuencias difíciles de predecir. Más aún, luego de 30 años de un orden autoritario, arbitrario, corrupto y conservador que dañó vitalmente al Partido Varelense.
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