ÚLTIMA DICTADURA ARGENTINA (1976- 1983): DURÍSIMAS CONDENAS A LOS RESPONSABLES DE LOS CENTROS CLANDESTINOS DEL “POZO DE QUILMES”, EL “POZO DE BANFIELD” Y LA “BRIGADA DE LANÚS Y SAN JUSTO”

Luego de una larga investigación, la justicia dictó condena contra un grupo de miembros del ejército y la policía bonaerense responsables de delitos de lesa humanidad en el período 1976 – 1983.

Los condenados a prisión perpetua son: Federico Minicucci, Guillermo Domínguez Matheu, Carlos Fontana, Jorge Di Pasquale, Carlos María Romero Pavón,  Jaime Lamont Smart, Juan Miguel Wolk, Roberto Armando Balmaceda y Horacio Luis Castillo. Por su parte, Julio Candiotti fue condenado a 25 años. Todos ellos sentenciados por delitos de lesa humanidad cometidos contra 607 víctimas.

En el mismo proceso judicial fue encontrado culpable y recibió, también, perpetua; el médico Jorge Bergés por los crímenes de “Sustracción, retención y ocultamiento de 7 menores de 10 años y un aborto provocado intencionalmente contra una detenida”.

Asimismo, estaba dentro de los juzgados quien fuera Jefe de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz. Este personaje siniestro y criminal sumaba varias perpetuas pero falleció antes de ser nuevamente condenado.

Por otro lado, vale destacar que el abogado Jaime Lamont Smart es quien se desempeñó en la dictadura como Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires.

Entre la víctimas del “Pozo de Quilmes” estuvo la varelense Mirta Gerelli (docente de escuela primaria y miembro de la “Tendencia Peronista”)que fue secuestrada en Bernal el 26 de febrero de 1977.

Ella fue vista embarazada en dicho Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio donde permanecía secuestrada junto a su pareja Carlos Esteban Rodríguez, debería haber dado a luz en enero de 1979, aún permanece desaparecida.

En tiempos en los cuales, desde la Presidencia de la Nación, se promueven discursos negacionistas y se pretende terminar con los numerosos juicios en marcha en la “Causa Brigadas”, más de 600 víctimas de torturas, abusos sexuales, tormentos y robos de sus niñxs tuvieron justicia. Aún así siempre queda mucho por hacer y no debemos permitir que se censure la Memoria ni que la búsqueda de Verdad y Justicia se vea entorpecida por quiénes son confesos representantes anti- Derechos Humanos.


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