SE PROFUNDIZA EL ENFRENTAMIENTO ENTRE JULIO PEREYRA Y ANDRÉS WATSON

Cuando asumió Andrés Watson, desde la “Agencia de Noticias La Barriada” publicamos una nota donde contábamos que Julio Pereyra y su entorno (en medio de la campaña electoral del 2023) comenzaban a mostrar su enojo ante los gestos de autonomía del actual intendente. ¡Veamos como se agudiza esta disputa!.

En el momento en que Julio César Pereyra impulsó a Andrés Watson como su sucesor no pesaron sus cualidades sino sus debilidades, la principal era su escasa capacidad para liderar la compleja estructura política del PJ e intentar armar una camada de nuevos dirigentes que respondieran exclusivamente a su persona. El otro elemento era que Watson soportó en silencio, durante muchos años, los destratos y desconfianzas de Pereyra sin un atisbo de rebelión. Esto, claramente, sumaba a la tranquilidad del histórico conductor del PJ local.

Luego de las elecciones PASO, Andrés Watson empezó a sentir que faltaba poco para tener la legitimidad política que le diera la fortaleza para poner un límite a la idea pereyrista de que “él sería un empleado caracterizado con rango de intendente”, esas señales de factible independencia fueron las que, finalmente, pusieron en alerta al conductor del peronismo varelense.

Está claro que para Pereyra, además del control formal del PJ y del aparato municipal, existe un entramado de negocios dónde Francisco “Chicho” Basile y el cajero Daniel González son piezas vitales que no piensa poner en riesgo por los caprichos de Watson “qué no acepta ser simplemente un empleado más”. Sin ir más lejos, Julio Pereyra puso a prueba la lealtad de Watson proponiendo tres nombres para el esquema de poder del PJ: que su cajero Daniel González reemplace a Ricardo “Tata” De La Fuente (un incondicional), que Laura Ravagni vaya en lugar de Daniel Dono Leidi a la Secretaría de Gobierno y que Darío “el Colorado” D’ Aquino llegué a la Presidencia del Concejo Deliberante. Las tres propuestas fueron rechazadas de plano y se desató la ira del “patrón”.

A esa decisión del actual primer mandatario municipal se suma el recorte a los “negocios” de “Chicho” Basile (el empresario, cómplice y secuestrador de la última dictadura argentina)  que comparte la mesa chica de Julio Pereyra. Dicho ajuste a “Chicho” afecta directamente el flujo de dinero que sostiene al clan Pereyra y su entramado de fundaciones y espacios políticos.

Por otro lado, es de destacar que cuando Watson llegó a la intendencia (traicionando, finalmente, a un Pereyra que le dejó “su” cargo porque estaba convencido de que sus flaquezas lo mantendrían “sumiso” y “dócil”), el sistema conservador de Varela (sin dejar de “esforzarse” para ello) decidió adoptarlo como propio gracias al apoyo de Luis Esteban Genoud. Ese mismo sector conservador ve en Andrés la posibilidad de tener un “intendente propio” rodeado de algunos hijos de esas familias y por fin liberarse de Pereyra al que, al fin y al cabo, soportaron porque no les quedó otra. El círculo de familias conservadoras que están alrededor de Watson, por esto mismo, generan cruces ante la posibilidad de que (otra vez) el poder quedé en manos de alguien de la plebe. Ya nos bancamos a Julio Pereyra y fue demasiado”, sostiene un miembro de la élite conservadora entrado en años.

En suma, Watson y Pereyra sueñan con lo mismo pero por diferentes motivos, el primero se quiere ir con un cargo a la provincia para en el próximo turno “poner” como nuevo candidato a la intendencia a Cristian Rodríguez (actual secretario del gobierno municipal) que, con certeza según él, jamás lo traicionaría y el segundo también quiere que Andrés se vaya a la provincia pero que se lleve a Cristian Rodríguez y entregue el poder a Laura Ravagni.

Sin embargo, para preocupación de Watson, la biología complicó sus planes que  tantas veces pensó en silencio: el “Jefe” del poder conservador, Luis Genoud, cuenta con un notorio deterioro en su salud y no está en condiciones de proteger a “la esperanza blanca del clan conservador varelense”.

Por su parte, todos saben que Julio Pereyra no confía en nadie y que, hace años, no lo anima ninguna ideología sino conservar el poder y enriquecerse para lo cual está decidido a correr a Watson de su camino, como sea.

Ahora bien, entre los sueños y planes de cada uno, la realidad es que Pereyra maneja la mayoría del Concejo Deliberante, de la “Agrupación 30 de Marzo” y una “porción” de los funcionarios y que Andrés Watson no logró todavía armar una estructura propia para terminar de “despegarse” del pereyrismo.

Los próximos meses serán claves para este enfrentamiento entre Watson “alias la esperanza blanca de las familias conservadoras” y Julio Pereyra “alias el Jefe de un espacio político corrompido y responsable de una decadencia mafiosa”. En el medio de esta pelea (que lleva ya varios rounds) vemos el triste destino para una ciudad que, con el transcurrir del tiempo, muestra síntomas de cansancio y resistencia ante (en definitiva) las dos caras de un mismo sistema de poder cada vez más cuestionado.


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