La llegada de Julio César Pereyra a la intendencia, en 1992, fue el comienzo de un proceso decadente que hoy (a 22 años) tiene como resultado el aumento del narcomenudeo, de la violencia, del delito y de las tramas de negocios que muestran el blanqueo de dinero producto de actividades ilegales.
Ese proceso de decadencia, sin dudas, tiene, entre otros actores participantes; a las fuerzas de seguridad de nuestra ciudad que (salvo excepciones) fueron “ineficaces” para evitar toda esta debacle o bien fueron cómplices de éste presente cada vez más complejo para Florencio Varela.
Un dato llamativo es que Julio Pereyra designó a casi 30 ex funcionarios policiales en diferentes cargos de la gestión municipal. Esto es sumamente ilustrativo; ocuparon puestos en ceremonial, tránsito, servicios internos, legales, seguridad, sumarios y el área del cementerio.
Ante esto queremos saber ¿qué motiva a un gobierno municipal a designar a los policías como funcionarios municipales al momento de jubilarse? La eficacia no parece ser una cualidad, entonces ¿qué rara característica ve el municipio para designar a estos efectivos policiales retirados en esos cargos?
Uno de los ejemplos más escandalosos es el de Roberto Mongelós, un vecino de Florencio Varela que ocupó diferentes funciones en nuestro partido. Primero fue Comisario de la 3° y luego de la Comisaría 1°. Más adelante fue Jefe Distrital quedando envuelto en hechos graves de los que nadie dio nunca explicaciones, para variar.
Tan grave es todo que, mientras Roberto Mongelós se desempeñaba como Jefe Distrital de la policía en Varela, el 11 de febrero del 2017 se produce la “Masacre de Senzabello” (el horrendo hecho donde un grupo de chicas adolescentes son baleadas en una céntrica avenida, dos de ellas fallecieron y dos quedaron gravemente heridas). En aquel momento, la polémica Fiscal Mariana Dongiovanni depositó en la policía bonaerense la tarea de investigar este caso. A partir de allí, el actual Subsecretario de Seguridad, Mongelós, tuvo un rol central.
Esta investigación fue un rotundo fracaso y pretendieron inculpar del tremendo crimen a un niño de 14 años a quién querían mostrar como “un excelente tirador y que, además, tuvo la capacidad de fugarse”. El papel de Dongiovanni y de Mongelós fue tan evidente que la justicia penal juvenil desestimó esto y las averiguaciones sobre la “Masacre de Senzabello” quedaron en nada, la causa se archivó.
Y sí hablamos de “la fiscal” en cuestión, es de público conocimiento que su meteórica carrera judicial se construyó con el apoyo del ex “cortesano” Luis Esteban Genoud pero, “casualmente”, también Roberto Mongelós integra el círculo cercano de Genoud.
Tal es esa cercanía a “la traición Genoud” que, pese a sus pésimas gestiones en todas las tareas que ocupó, Mongelós fue designado (el 4 de mayo del 2020) como Subsecretario de Seguridad por el entonces intendente interino Andrés Watson. ¡¿A pedido de quién habrá sido no?, ¿Genoud tal vez?!, ¿son casualidad o causalidad, entonces, las coincidencias con Dongiovanni?
Quiénes, asimismo, conocen el pensamiento político de Watson y sus reflexiones de sobremesa compartidas con Luis Genoud, “El Pájaro” Ríos y el comerciante Omar Bodega (compadre del fallecido Dictador Jorge Rafael Videla) sostienen que las ideas de Mongelós están muy lejos del “raro” Kirchnerismo del intendente Watson. Con más razón, ¿por qué Andrés lo designaría y confiaría en él?
A pesar de nuestros interrogantes, sin embargo, hace casi cuatro años que Roberto Mongelós ocupa el cargo de Subsecretario de Seguridad en medio de una creciente violencia y aumento del narcomenudeo. Sumándole que no se conoce el mapa del delito ni ninguna estrategia eficiente más que alguna operación política contra algún camarada en funciones; su trabajo es (una vez más) nefasto.
Además, debido a su temperamento autoritario (proclive al maltrato de quién se anime a cuestionarlo) tampoco Mongelós participa demasiado en reuniones barriales. Sin ir más lejos, hace poco más de un año, circuló un video donde Mongelós junto a Franco Risso (funcionario municipal imputado por encubrimiento en la causa Zisuela) se divertían tirando tiros en la “Tosquera de Villa Hudson” donde más de 20 pibes murieron ahogados fruto de la corrupción pereyrista.
¿Por qué motivos poderosos, quién fue un fracaso como Jefe de Distrito de nuestra ciudad, hace cuatro años se desempeña como Secretario de Seguridad sin que nadie siquiera cuestione su accionar?
En medio de una crisis de seguridad marcada por la escalada de la más brutal violencia que incluye, esencialmente, la venta de drogas ¿el municipio lo sigue sosteniendo en sus funciones públicas? ¿Cómo se explica eso? ¿Quién “banca” a Mongelós? ¿Qué esconde Mongelós que es “intocable”?
Urgen respuestas pues lxs vecinxs, familias y trabajadores varelenses merecen vivir mejor y, sobre todo, con Justicia y, de una vez por todas, seguros.
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