Julio Pereyra desde que llegó al gobierno municipal en 1992 y hasta el día de hoy maneja el Partido Justicialista y el sistema de poder local.
A pesar de que Florencio Varela es a todas luces una ciudad mal administrada y con un largo historial de corrupción, Julio Pereyra se ha empeñado en transmitir en la Argentina y diferentes lugares del mundo el modelo municipal de Florencio Varela. Una de las maneras es a través de la Fundación Internacional para el Desarrollo Local (FINDEL), de la que es fundador, y cuya misión según sus propias palabras es “fomentar las estrategias de Desarrollo Local más adecuadas para las demandas ciudadanas, ofreciendo soluciones integrales innovadoras, herramientas tecnológicas y capacitaciones para la implementación de modelos de gobernanza territorial acordes a los desafíos contemporáneos. Buscamos ampliar el debate sobre los temas que hacen al Municipalismo y una mejor gobernanza, proyectando con tecnología y innovación para asistir a la ciudadanía y sus demandas”; lo que suena a broma de mal gusto para quienes viven en un municipio gobernado durante tantos años por este personaje y su espacio político, y saben perfectamente que las demandas no son escuchadas y las soluciones nunca llegan.
En nuestro país existen diferentes fundaciones políticas o vinculadas a la defensa de los derechos humanos que son filiales de sus sedes europeas o financiadas con fondos internacionales que cuentan con estructuras pequeñas o medianas.
Hace un poco más de una década Julio Pereyra creó FINDEL para lo cual alquiló una importante propiedad en la Av. Rivadavia 1115 de C.A.B.A y la dotó de una infraestructura que muestra una gran inversión económica. Según la página web de FINDEL, la fundación cuenta con una sede en Chile en la calle Antonio Bellet 143, una importante zona de Santiago de Chile, y próximamente se inaugurará su sede en España.
La Fundación cuenta con Julio Pereyra como fundador, Daniel Cravacuore como presidente, Daniel González en el rol de tesorero, Verónica Franchini directora de relaciones públicas, Ángeles Traina directora de estudios, Pablo Widelec directora de innovación tecnológica y David Luna director de ceremonial a quienes se suman numerosos docentes en cada tema y un amplio equipo de empleados.
FINDEL sostiene tener convenios con instituciones de China, Estados Unidos, Paraguay, México, Colombia, Cuba y Brasil, pero no hay datos de cuáles son esas instituciones y qué montos de dinero aportan.
Esta institución se dedica a dar formación en una numerosos de como Autonomía de la Finanzas, Encuestas, Evaluación de Recursos Humano, Ambiente, Soluciones Tecnológicas, Coaching, Oratoria y Ceremonial, y Protocolo en muchos casos con invitados internacionales.
La primera pregunta que nos hacemos es ¿Quién financia esta enorme estructura económica que es muchísimo superior a la que pueden tener las fundaciones políticas alemanas en la Argentina?
La página de FINDEL no da cuenta de cómo se financia, pero el tesorero es el ex secretario de hacienda del Municipio de Florencio Varela y actual pareja de la actual secretaria de hacienda Gisella Primus que se encuentra envuelta en una investigación de corrupción con fondos municipales.
Un funcionario municipal conocedor de las tramas políticas de Julio Pereyra confirmó que diversas compras de material tecnológico y mobiliario para la fundación se habrían pagado con fondos municipales.
Otro dato sorprendente es que numerosos empleados municipales cumplirían tareas en FINDEL, ¿Por qué el municipio permite que empleados cobren por no trabajar?
Aunque esto no alcanzaría para explicar el sostenimiento de esta estructura política que paga un costoso alquiler, servicios públicos, sueldos, viajes internacionales, impuestos, alojamientos y los gastos de reproducen en Chile y posiblemente España.
Florencio Varela se debate entre la corrupción, el aumento de la pobreza y obras públicas paralizadas, mientras la Fundación FINDEL ligada íntimamente al municipio continúa gastando millones sin que nadie pueda explicarlo y “fomentando estrategias de desarrollo local adecuadas para la ciudadanía”.
Es llamativo que el gobierno nacional tan preocupado de la corrupción no se dé cuenta de la trama de financiamientos inexplicables que rodean a Julio Pereyra.
Es necesario no naturalizar que la política se financie de cualquier modo porque ese modo es plata negra si no tiene origen legal.
La estructura de poder político que maneja el gobierno municipal no puede explicar cómo se financia y aumenta el cansancio frente al saqueo.
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