Actualmente se está tratando, en el Senado de la Nación, la “Ley de Bases” impulsada por el gobierno nacional y que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados. Uno de los capítulos más polémicos de dicha propuesta legislativa es el “Régimen de Incentivo a las grandes inversiones” (RIGI).
Pero, ¿por qué esta propuesta genera el rechazo de gran parte de los industriales de la Argentina?
El RIGI propone brindar condiciones sumamente ventajosas a las empresas que quieran radicarse en el país invirtiendo, como mínimo, más de 200 millones de dólares; lo cual les permitiría una enorme ventaja frente a las industrias ya radicadas.
Pero, ¿cuáles son esas ventajas?
Veamos:
- las industrias ya radicadas, cuando quieren importar maquinarias (nuevas o usadas) deben pagar aranceles de importación que encarecen aún más a esas máquinas y las que ingresen por el RIGI no pagarían esos aranceles,
- las empresas argentinas que son subsidiarias de otras radicadas en el exterior cuando desean girar ganancias a su casa matriz, por ejemplo McDonald’ s, solo pueden hacerlo con una parte de sus ganancias y pagando impuestos. En el caso de las que se radiquen por medio del RIGI, en el primer año podrán sacar solo el 20% de las ganancias del país, el 40 % en el segundo año y la totalidad de las ganancias a partir del tercer año, o sea, durante 27 años (de los 30 que duraría el RIGI) no invertirían, así, en nuestro país,
- el RIGI, además, permitiría que las firmas empresariales puedan traer obreros de otros países sin tener obligación alguna de contratar argentinos, o sea, sin tener que generar mano de obra/ puestos de trabajo nacional/ es tan necesario,
- por otro lado, las nuevas firmas no contarían con obligación de comprar, en ningún porcentaje, productos nacionales. En suma, desde la ropa hasta los productos de seguridad pueden ser importados en su totalidad.
Si el RIGI se aprueba las industrias argentinas, ante tamaña desigualdad de costos, no podrán competir con las nuevas que ingresen. Esto ocasionará un quiebre masivo de compañías y, por ende, un brutal aumento del desempleo argentino.
El RIGI está pensado con una duración de 30 años y prohíbe que las provincias o municipios se puedan imponer judicialmente a que éste continúe en caso de contaminación, por ejemplo. Esto resulta totalmente contrario a las autonomías de las provincias, desde ya.
No es menor que, por último, éste modelo solo se aplica en algunos países de África dónde las empresas extraen los recursos naturales y la inversión solo produce niveles de ganancia en las casas matrices y en las burocracias políticas corruptas que culminan teniendo el control de estos negocios.
¿Te imaginás sí sucediera lo mismo aquí?
¡Si el RIGI es aprobado se pondrá en marcha un nuevo industricidio en la Argentina!
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.