¿POR QUÉ EL MUNICIPIO Y LOS CONCEJALES NO CONTROLAN A LA EMPRESA SAN JUAN BAUTISTA?

Según los marcos legales de regulación del transporte los municipios pueden adjudicar y controlar a las líneas locales identificadas a partir del número 500 que solo tienen recorrido interno sin salir del distrito.
En Florencio Varela durante décadas el servicio local de transporte lo ejerció la Empresa 30 de Agosto de modo monopólico sin ningún tipo de competencia y cada vez que se intentó desde el Concejo Deliberante modificar esa situación se realizaron reclamos de los choferes apoyados por los empresario. Raro ¿no?
Ese modelo monopólico hace que, por ejemplo, los vecinos del Barrio Pico de Oro sean rehenes del Ramal 4 sin poder tomar otro colectivo, que se garanticen las ganancias para los empresarios y que las personas viajen como vacas durante años.
La Empresa 30 de Agosto terminó en una escandalosa quiebra en la que el municipio pagó los salarios de los choferes, dinero que nunca fue devuelto por los ricos empresarios quebrados.
En ese momento aparece una nueva empresa, la San Juan Bautista S.A que pertenece a la empresa Micro Ómnibus Quilmes (MOQSA) que además es dueña de la Empresa El Halcón línea 148, quedándose con los nueve ramales de nuestra ciudad.
En octubre del 2017 se discutía en el Concejo Deliberante si se aprobaba la licitación que otorgaría a la Empresa San Juan Bautista por 10 años más los 9 ramales de modo monopólico.
Los concejales de Nuevo Encuentro impulsan una cláusula donde se prohíbe que esta empresa tenga más de 5 ramales y otorgar a otra empresa los 4 restantes, nuevamente los choferes con apoyo empresarial bloquean esa cláusula y el entonces secretario de Hacienda Daniel González negocia que el monopolio siga gozando de buena salud.
El 14 de diciembre del 2018 el Concejo Deliberante con el voto del Frente para la Victoria y el Frente Renovador le otorga 10 años más de concesión monopólica sobre los 9 ramales, o sea, la población sigue condenada a viajar como vacas.
En el contrato de concesión la empresa San Juan Bautista se compromete a poner en la calle 99 unidades en buen estado, quienes viajamos en transporte público sabemos el calvario que es esperar los colectivos de la Empresa San Juan Bautista y el estado deplorable de muchos de ellos.
Pero ¿quién debe controlar a la empresa y el cumplimiento de los compromisos asumidos? Por un lado el Concejo Deliberante creó una Comisión de seguimiento compuesta por 9 concejales Bocco (Juntos), Tony Suárez (Unión por la Patria) y Liliana Cristaldo (Frente Renovador), los tres terminan su mandato en diciembre del 2023 y los otros concejales que ya terminaron su mandato eran Avalos (Frente Renovador), Salatino (Nuevo Encuentro), Ravagni (Unión por la Patria) y Mancuello (UCR). Además, lo debe realizar la Dirección de Transporte que depende del Subsecretario de Seguridad Vial Gabriel Álvarez.
La pregunta que se hacen miles de usuaries que todos los días viajan en colectivos saturados después de esperar horas es si los concejales de la comisión de seguimiento donde participan el candidato de Juntos Bocco o los oficialistas Liliana Cristaldo, Tony Suárez o la Dirección de Transporte del municipio no se dan cuenta que la empresa no pone más de 60 colectivos en la calle, que no cumple con la frecuencia y que muchos colectivos no están en condiciones.
La respuesta es que jamás funcionó la Comisión de seguimiento y control, además no fueron reemplazados los seis concejales que terminaron su mandato, o sea una vez más los concejales se burlan de les usuaries.
Para los concejales actuales el transporte no es un problema y para Casamiquela y Scrocchi tampoco porque en toda la campaña no realizaron un solo cuestionamiento al sistema de transporte.
La empresa San Juan Bautista se quedó por 10 años con los 9 ramales, frente al monopolio de MOQSA los concejales y funcionarios guardan un silencio cómplice ¿Será como dice mascullando bronca desde la cárcel Daniel Zisuela que “los 50.000 ramos de claveles no los agarré yo solo”?
Mientras tanto los y las varelenses seguimos viajando como vacas, los empresarios se llenan de dinero y los que deben controlar guardan un llamativo silencio.