Con la llegada de Julio Pereyra a la intendencia en 1992 se fue acentuando el mecanismo de cooptación de concejales opositores sumándolos al pacto de poder local.
El proceso político iniciado en 1992 tiene como eje central el control y cooptación de las estructuras partidarias, sindicales y organizaciones de la sociedad civil, en este caso veremos cómo funcionó ese mecanismo con los concejales opositores.
Al comienzo de la vuelta a la democracia existían tres partidos: el justicialista, el radical y la Unión Vecinal, las diferencias ideológicas permitían importantes debates y en general los opositores lo eran, aunque algunos y algunas empezaban a prepararse para ser parte del pacto de poder.
Cuando el justicialista Julio Pereyra llega a la intendencia, ya la Unión Vecinal no tenía representación en el Honorable Consejo Deliberante y a la Unión Cívica Radical se sumaban dos nuevas experiencias opositoras El MODIN del ex militar Aldo Rico y el FREPASO impulsado por Chacho Álvarez, ambos partidos tuvieron bloque de concejales en el HCD.
El radicalismo representó el sector político cuyos miembros casi en su totalidad al terminar su mandato asumían cargos en el gobierno municipal. Esos cargos no eran por casualidad, en general los obtenían por haber sido durante cuatro años concejales sumisos que no molestaban al poder.
Podemos tomar algunos ejemplos, el concejal Jorge ” el Toro ” Giménez al terminar su mandato y con el impulso de Julio Pereyra fue designado Defensor del Pueblo, una fachada de control institucional que le permitió al mencionado lograr una buena jubilación.
Otro ejemplo notorio es Rodolfo Fito Calvi que desde la llegada de Julio Pereyra y aduciendo tonteras como “con Julio hicimos juntos la secundaria” fue el doble agente al servicio del poder en su periodo de concejal 1995 – 1999. Unos años después de terminar su mandato de concejal asumió su verdadera pertenencia y fue funcionario de Julio Pereyra como delegado municipal del Cruce Varela y se jubiló siendo Subsecretario de Relaciones con la Comunidad. Sin duda Fito Calvi es quien mejor expresa la estafa electoral a los ciudadanos que creían votar opositores y en realidad votaban a un hombre de Pereyra.
El listado de concejales radicales que al terminar su mandato se hicieron funcionarios municipales, lo cual habla de la gratitud de Don Julio por los servicios prestados, es larga pero podemos mencionar algunos: Edgardo Mariano, Antonio Dicostanzo, Mariel Rosales, Gustavo Armendáriz, María Esther Manzur, la Concejera Escolar Sonia Díaz , Pedro Martínez y algunos más. Pero también otros partidos aportaron lo suyo.
El MODIN partido que representó a los militares carapintadas que atentaron contra la democracia aportó a Carlos Fortino, ”Pilín” Scholotawer y José Chagaray que antes de ser funcionario pereyrista creó el MODIN AZUL Y BLANCO y decía ser admirador del dictador Jorge Rafael Videla.
En los últimos años las diferentes experiencias del Partido de De Narváez y el PRO aportaron ya no funcionarios sino personajes que al terminar su mandato conseguían un empleo.
Esta lógica se consolidó y justificó con argumentos como el establecimiento de un “diálogo democrático” lo cual en realidad es el pacto que sostiene la impunidad del poder que administra la ciudad.
Basta poner como ejemplo que los concejales opositores no realizaron, ni siquiera para disimular, un pedido de informe y un poco de ruido pactado ante los funcionarios municipales imputados como participes necesarios en la causa Zisuela 2, esa teatralización la hubiera hecho muy bien Fito Calvi ya que era su casi única destreza.
El año pasado apareció muerto Lautaro Morello y continúa desaparecido Lucas Escalante, están detenidas cuatro personas entre ellas el Comisario Mayor Centurión. Sería esperable si no es por convicción, aunque sea por oportunistas en campaña que los concejales opositores se expresen, pero hasta ahora es un silencio atronador.
El pacto de impunidad precisó cooptar a la oposición del Concejo Deliberante y desde 1992 personajes diversos transitan cuatro años de mandato pensando en no volver a sus actividades laborales previas, generando un daño profundo en la credibilidad de nuestro pueblo. Un viejo militante radical ya fallecido sostenía haber escuchado decir a Fito Calvi al final de su primer mandato “yo a la carnicería no vuelvo más” y así fue, pero le podemos agregar que tampoco pudo ser una persona respetable. Al igual que muchos comisarios cuando se jubilan, los concejales también son empleados de Don Julio.
Foto: Periódico Mi Cuidad – Florencio Varela
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.