Durante décadas, mientras el monopolio del transporte local estuvo en manos de la empresa Treinta de Agosto / línea 500 (cuyos dueños eran empresarios varelenses) y de El Halcón / 148, existió un pacto que establecía que la primera “sacaba” a la gente de los barrios y la segunda los llevaba a CABA .
La compañía “El Halcón” está regulada por el Ministerio de Transporte de la Nación (porque ingresa a CABA) y la “San Juan Bautista” por el Municipio de Florencio Varela (porque solo circula por Florencio Varela). En ambos casos, el gobierno municipal es el garante de los monopolios típicos del servicio.
Hace muchos años que “El Halcón” monopoliza los trayectos La Capilla– CABA, Villa del Plata- CABA y Cementerio- CABA, lo cual hace que nuestros/ as vecinos/ as que se trasladan en horas pico experimenten verdaderas odiseas y dupliquen sus horas de viaje.
Pero en el resto de los barrios se acrecienta dicha odisea porque, por ejemplo, un varelense del Barrio San Jorge debe tomar el Ramal 1 de la Empresa San Juan Bautista y luego El Halcón – 148, ¡pagando, entonces, doble boleto y llevándole el doble de tiempo!.
Por otro lado, el mejoramiento sensible de la prestación de trenes alivió otra opción de viaje a CABA pero, en horarios de mayor uso de éste servicio público, todo colapsa y todos terminan siendo rehenes del mismo.
Por todo lo dicho, sabemos que este pacto entre empresarios del transporte y el poder político deja como víctimas a miles de familias de nuestra localidad, hace más de 40 años.
Si los dirigentes municipales impulsaran políticas de transporte anti- monopólicas progresaría la situación y el pueblo de Varela viajaría mejor y mucho más rápido. Solo por citar un ejemplo: otra empresa, como la de la “Línea 178”, podría llevar adelante el recorrido La Capilla- CABA brindando, de esta forma, más opciones para todos/ as los/ as usuarios/ as. Evidentemente, ¡esto no le conviene a los poderosos ni responde a sus intereses de exclusividad!.
Ahora bien, para sumar evidencia de como se utilizan estas maniobras de ganancia solo para los dueños de dichas líneas en perjuicio de los/ as usuarios/ as, vemos como en los últimos años con las quiebras de ambas empresas (“la 500 y la 148”) se repite el sistema: fueron compradas por una única sociedad que las aglutina y mantiene la misma estructura de acaparamiento del servicio local. La compradora es Micro Ómnibus Quilmes ( MOQSA ). O sea que ¡seguimos siendo rehenes, de lo mismo, de los mismos!.
Así las cosas, la pregunta que todos/ as nos hacemos es: ¿por qué los funcionarios municipales, y concejales oficialistas y opositores, sostienen un sistema que claramente perjudica y deteriora la vida cotidiana de las familias trabajadoras?.
Y las respuestas son varias:
- casi la totalidad de gobernantes y concejales no utiliza el transporte público lo cual no quita, claro está, que bien podrían legislar a favor del pueblo,
- la visible facilidad con que estas empresas ¡prestan colectivos a los aparatos políticos! y, quizás la última sería,
- ¿la corrupción política es la que sostiene el método nefasto, e inoperante, del transporte público en Florencio Varela?.
En todos estos años Justicialistas y miembros de “Juntos” sostuvieron el pacto explicado aquí y, se agrega actualmente que, los Libertarios ni siquiera balbucean sobre esta problemática tan seria.
¿Será, acaso, el “jefe” Julio César Pereyra la causa de tantos silencios?.
La realidad es indiscutible: más de 4 décadas de convenio empresarial- político que continua teniendo de damnificados/ as a miles de varelenses que viajan como ¡vacas hacinadas hacia un matadero!.
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