LA LUCHA POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA DE LA COMUNIDAD JAPONESA Y SUS DESAPARECIDES EN FLORENCIO VARELA

Florencio Varela cuenta con una importante comunidad japonesa llegada en su mayoría entre los años 1930 y1940 siendo muchas de esas familias de la isla de Okinawa y de origen campesino, sus hijos e hijas nacidos en la Argentina serán denominados Nikkei.

La migración japonesa se instala en diferentes lugares del país donde existe un fuerte reconocimiento a su compromiso con el trabajo y la disciplina. Durante el primer gobierno peronista el gobernador bonaerense Carlos Aloé impulsó un acuerdo con el intendente varelense Luis Calegari para crear la colonia 17 de Octubre con 140 parcelas rurales de entre 5 y 10 hectáreas a pagar a 30 años donde se afincan las familias japonesas.

Los jóvenes Nikkei al igual que miles de jóvenes de su época se sienten atraídos por la participación política, a pesar de la férrea cultura familiar muchos de ellos abandonan las tareas rurales para sumarse a las fábricas y a la universidad pública.

“Fotos tuyas” (2006), proyecto realizado por la fotógrafa Inés Ulanovsky

En la última dictadura cívico eclesiástica empresarial militar en Argentina fueron secuestrades desaparecides 17 jóvenes Nikkei y eso impulsó a dos mujeres a iniciar la búsqueda: María Antonia Higa, hermana del periodista Juan Carlos Higa y Eduviges “Beba” Bresolin esposa del abogado Oscar Takashi  Oshirocrear, ellas crean el primer espacio de familiares llamado Familiares de Desaparecidos de la Colectividad Japonesa (FDCJ).

El inicio de ese camino de memoria, verdad y justicia no les fue fácil ya que la Embajada Japonesa en tiempos de la dictadura sostenía que no podía intervenir “porque los desaparecidos no eran japoneses”. La lucha de las familias logró que cuando se deroga la Ley de Obediencia Debida la Embajada cambie de opinión y comience a acompañarlas.

Esa lucha de un puñado de familias japonesas se sostuvo en el tiempo y lentamente, por el impulso centralmente de los jóvenes, fueron sumándose al pedido colectivo de memoria, verdad y justicia.

Foto: Reynaldo Ortega

En Florencio Varela también el genocidio de la dictadura dejó su huella sobre la comunidad japonesa, a fines del año 1977 fue secuestrado el obrero y estudiante universitario Julio Gushiken y el 8 de abril de 1978 fue secuestrado Horacio Gushiken, ambos ex estudiantes del Instituto Santa Lucia y militantes políticos. A pesar de compartir el apellido no eran familiares.

La incansable lucha de las dos familias de origen okinawense permitió que ambos cuerpos fueran recuperados con el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Horacio en el cementerio de Mar del Plata en el 2004 y Julio en el 2015 en el Centro Clandestino de Detención “El Banco”.

Ambos tuvieron una celebración religiosa de la tradición okinawense que duró 49 días y marca el final del luto y de la estadía de su alma en la tierra.

La activa presencia de los familiares de Julio y Horacio en las Jornadas Públicas anuales y demás actividades organizadas por la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia no cesó con el encuentro de sus cuerpos, lo cual demuestra el compromiso y los vínculos construidos con el espacio y con el resto de las familias que aún continúan su búsqueda.

Un mención aparte merece doña Victoria Kishimoto, mamá de Julio Gushiken, quien junto a su familia fue parte de cada una de las luchas de la ciudad.

Los 17 Nikkei detenides  desaparecides ¡¡¡Presentes, ahora y siempre!!!!


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