LA HISTORIA DE LA FAMILIA ZURITA, TESTIMONIO DE LA DICTADURA GENOCIDA EN FLORENCIO VARELA

A partir de la década del ‘50 en la ciudad de Florencio Varela comienza a desarrollarse una incipiente actividad industrial y la población comienza a crecer lo cual va cambiando la idea de que “Florencio Varela era un pueblo donde todos se conocían”.

A fines de la década del ‘60 ya tenía una población de más de 90.000 habitantes y se habían instalado fábricas como Alpargatas, Ferroductil, Spreafico, F.I.F.A, Galaxia, Cirio, Adabor, y otras en los límites del distrito como Peugeot y Orbea que se nutrían de obreros varelenses.

También llegaban a nuestra ciudad jóvenes profesionales entre los que se destacó el médico Mariano Zurita y su compañera Blanca Brocchi de profesión docente.

Mariano sobresalió rápidamente por su compromiso con sus pacientes, su participación en los espacios organizativos médicos como así también por su rol docente en el recientemente creado Instituto Santa Lucía.

Mariano y Blanca tuvieron cuatro hijos varones Sergio, Alejo, Claudio y Gustavo que fueron criados en ideas de solidaridad y de respeto al resto de las personas sin importar la condición social a pesar de ser una familia de una posición económicamente acomodada. Los cuatro jóvenes iniciaron los estudios secundarios en el Instituto Secundario Santa Lucía, y también fueron interpelados por los cambios que vivía el mundo y las injusticias que se vivían en los barrios de nuestra ciudad.

Sergio, Alejo y Claudio se inclinaron por las ideas del Partido Comunista Marxista Leninsta (PCML) de orientación maoísta, mientras que Gustavo se inclinaría por la Juventud Peronista. Los cuatro tenían sus particularidades, pero todos consideraban que había mucho por hacer frente a las injusticias.

El activismo estudiantil en el Instituto Santa Lucía llevó a los hermanos Zurita que integraban el Grupo de Resistencia Estudiantil (GRES) a una confrontación con las prácticas autoritarias del rector Modesto Evaristo Rodríguez alias “Tino”, “Cabezón” o “el Jefe” siendo este último el apodo que le provocaba una sonrisa de aceptación.

En medio de esa creciente ebullición el Dr. Mariano Zurita abandona su rol docente en el Santa Lucia y se distancia de “Tino” Rodríguez.

El golpe militar del 24 de marzo de 1976 encuentra a los hermanos Zurita comprometidos con la militancia sobre todo Sergio, Claudio y Gustavo, teniendo menos actividad Alejo.

El modo en que la brutalidad de los miembros de la dictadura y sus cómplices civiles se ensañaron con la familia Zurita es una muestra de la tragedia que vivió nuestra ciudad.

El 1 de febrero de 1978 en la calle 129 entre 62 y 63 de la localidad de Berisso fue secuestrado a la edad de 27 años Sergio, fue trasladado a la Unidad Regional de calle 12 donde fue torturado. Luego fue llevado al Batallón de Infantería de Marina N°3 de La Plata y finalmente al Centro Clandestino de Detención “La Cacha” siendo el 13 de julio de 1978 la fecha en que probablemente fue asesinado.

El 26 de marzo de 1978 fue secuestrado Alejo que tenía 24 años y fue visto por última vez en el Centro Clandestino de Detención “El Banco” hasta su traslado, nombre utilizado para indicar el posible momento de su asesinato en julio de 1978.

El 27 de julio de 1979 en la Ciudad de Mar del Plata fue secuestrado Claudio a la edad de 24 años y no se sabe nada de su destino.

Los tres hermanos se encuentran entre los 10 egresades desaparecides del Instituto Santa Lucía, los defensores del rector Modesto Evaristo Rodríguez aducen que fueron secuestrados luego de terminar sus estudios por lo que lo desligan del hecho, siendo esta una verdad a medias. Queda demostrado en los Informes de la DIPBA (Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires) que Claudio Zurita era investigado siendo alumno del colegio.

Quizás uno de los informes más brutales y canallas sobre los miembros de la familia Zurita sea el que la DIPBA realizó sobre Mariano el padre de los jóvenes y sostiene que “el Dr. Zurita era parte de actividades subversivas siendo la cabeza del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en la zona”. Quienes conocieron al Dr. Zurita sostienen que simpatizaba con el Partido Socialista Argentino que lideraba Alfredo Palacios y no tenía ninguna vinculación ni cercanía ideológica con el ERP.

Quizás el párrafo más intrigante del informe policial es que esos datos “fueron aportados por caracterizados vecinos de la ciudad”, ¿Quiénes son esos caracterizados vecinos? ¿Qué los motivó a mentir de modo brutal sobre el Dr. Zurita? ¿Serán los que luego visitaban a Videla en su detención en el Regimiento de Magdalena o alguno de los que lo recibían en reuniones sociales en la casa de Omar Bódega comerciante local y padre del ahijado del fallecido dictador?

Como si no hubiera sido poco secuestrar y desaparecer a tres de los hijos de Mariano y Blanca el hostigamiento sobre la familia continuó. Antes de finalizar la dictadura pretenden vincular de modo canalla al Dr. Mariano Zurita con un hecho aberrante al instalar la idea de la relación con una menor dejando en claro que el odio estaba vigente.

El Dr. Mariano Zurita falleció en el Hospital Rossi debido a un coma glucémico que le produjo un daño neurológico irreversible, pero como sostiene Gustavo su único hijo sobreviviente a la dictadura “se dejó morir por la profunda tristeza”.

Blanca Brocchi se mudó a la ciudad de La Plata donde fue parte de las Madres de Plaza de Mayo, y hasta el último momento buscó el cuerpo de sus tres hijos desaparecidos. Blanca falleció el 17 de junio del 2003 a los 77 años.

Frente a los intentos negacionistas del presidente Milei, la vicepresidenta Villaruel y un conjunto de personajes que pretenden negar el terrorismo de estado la historia de la familia Zurita es una muestra clara del genocidio perpetrado contra la población, con especial ensañamiento sobre aquellos que le pusieron el cuerpo a los ideales de una sociedad más justa.


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