LA HISTORIA DE BELEN ALTAMIRANDA TARANTO, LA NIETA VARELENSE RECUPERADA POR LAS ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

En las últimas semanas el gobierno nacional tomó la decisión de cerrar la Unidad Especial de Investigación de la Desaparición de Niños como Consecuencia del Accionar del Terrorismo de Estado dependiente de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI).

La CONADI, a partir de una investigación de documentos estatales contrastados con el legajo de la persona que se busca, impulsa la búsqueda de personas apropiadas o nacidas en cautiverio, en su enorme mayoría en la dictadura cívico, militar, eclesiástico, empresarial con el objetivo de restituir su identidad.

Gracias a la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo y el trabajo de la CONADI recuperaron su identidad 137 personas y faltan encontrar más de 300.

Para entender por qué esta decisión es un enorme error es necesario conocer la historia de quienes vivieron por años con una identidad alterada, por ejemplo, la historia de Belén Estefanía Altamiranda Taranto quien recuperó su identidad y es la nieta número 88.

Sus padres eran Horacio Altamiranda quien era trabajador de la fábrica Galaxia y su madre Rosa Taranto era obrera de la fábrica Alpargatas, estudiaba derecho.

La pareja se encontraba en su vivienda de la calle Perú y Padre Elias S/N del barrio La Carolina de Florencio Varela junto a sus pequeños hijos Cristian de 4 años y Natalia de 2 años cuando un grupo de civiles los secuestró dejando los niños que los vecinos.

Horacio y Rosa fueron vistos en el Centro Clandestino de Detención (CCD) El Vesubio ubicado en La Matanza donde ella ingresó con un embarazo de 7 meses. Al momento de dar a luz fue trasladada al Hospital Militar donde tuvo por cesárea a Belén y nuevamente fue devuelta al CCD donde le comentó a otra detenida que había sido una niña.

Cuando Belén tenía 3 meses fue entregada por los militares al Movimiento Familiar Cristiano, un grupo que conocía el origen de los niños y niñas, y los entregaba a los juzgados para su adopción, claramente fueron parte del ocultamiento de su identidad.

Belén fue adoptada legalmente por un matrimonio de Córdoba que lo hizo de buena fe y nunca le ocultó su adopción. La propia Belén siempre tuvo la inquietud de conocer su origen y se decidió cuando fue a un recital de rock donde había una propaganda que decía “si no conocés tu identidad acercate a Abuelas”, y lo hizo acudiendo a la sede de Abuelas Córdoba. Su madre adoptiva la apoyó y acompañó en la búsqueda de identidad la cual comenzó en 2005.

En el 2006 la CONADI aceptó su caso y avanzó el estudio de ADN de Belén hasta que el 29 de junio del 2007 el Banco de Datos Genéticos confirmó que Belén era hija de Rosa Taranto y Horacio Altamiranda.

Hoy Belén continúa viviendo en Córdoba y hace un tiempo es la presidenta de la filial de Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo, hasta ahora continúan desaparecidos sus padres Horacio y Rosa.

La historia de Belén al igual que los otros nietos y nietas recuperadas demuestran la importancia de la CONADI en la búsqueda de esas personas para que recuperen su identidad, siendo éste un órgano vital para la investigación y evaluación de casos que lejos de sustituir o interferir en las tareas del poder judicial los asiste y agiliza.

Es necesario sostener las políticas de memoria porque todavía son más de 300 las personas que no recuperaron su identidad viviendo una farsa por mas de 40 años. Es necesario sostener estas luchas porque mas allá de los nombres y apellidos que podamos ponerles a cada caso mientras haya una sola persona con su identidad apropiada seremos una sociedad que vive en la impunidad.


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