La historia que presentamos aquí comienza con la decisión de quien fuera intendente de Florencio Varela, Julio César Pereyra, de instalar (con el “pomposo” nombre de “Parque Ambiental”) un lugar donde varios municipios del conurbano pasarían a depositar sus residuos orgánicos.
Dicho basurero estaría detrás del complejo carcelario de nuestra ciudad, donde se ubican humedales que representan parte de los ecosistemas que nutren el acuífero del cual nos abastecemos de agua los varelenses.
La población de la zona junto a diferentes organizaciones, conociendo la precariedad de la política pública municipal más preocupada por los negocios ilegales que por la gestión eficiente, logró (mediante numerosas protestas) impedir un nuevo desastre ambiental irreversible.
Pero, a pesar de esta lucha, el intendente Julio Pereyra no cesaría en su idea de crear una planta de tratamiento de residuos sólidos. En un principio, ésta pareció una buena y necesaria idea. Sin embargo, veremos que (como todo lo que “el jefe pereyrista” impulsa) la oscuridad en la cual se maneja se apodera de la idea y la arruina.
Cuando él en persona (acompañado por el ex Comisario Mayor de la Bonaerense Jorge López, por entonces Secretario de Legal y Técnica) comunicó a los representantes de la “ASAMBLEA NO AL BASURAL” que “había llegado a su fin el proyecto de ‘Parque Ambiental’’ les anunció, a su vez, que tenía un nuevo mejor plan.
Así, por ese entonces, Pereyra era Presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM) y estaba convencido de dos cosas: que iba a ser Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y que realizaba, en nuestro partido, una gestión municipal brillante que “era digna de iluminar a los municipios del país”; observando la realidad, y teniendo los pies sobre la tierra, queda claro que solo alucinaba por supuesto.
A pesar de estos delirios, no obstante, como presidente de la FAM suscribió con la empresa austriaca KOMPTECH un memorándum de entendimiento, en el año 2008, y el municipio adhirió a dicho acuerdo; así comienza a gestarse la trama que intentaremos desenmarañar en esta investigación.
En este punto, luego de esta suscripción, se anuncia en el año 2011 el “rimbombante” proyecto de crear una Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos con tecnología de la compañía KOMPTECH. A partir de allí, en consecuencia, una presurosa delegación de varelenses parte al viejo mundo para interiorizarse de dicha tecnología que, supuestamente, era “de punta”. Según el expediente municipal 4037- 2946- M- 2016 se inicia, en concordancia, el proceso administrativo que deriva en la firma del contrato N° 180/ 10 entre el municipio y KOMPTECH GMBH que ejecutarían esta propuesta. Empero, KOMPTECH deriva la tramitación de venta de equipamiento en la empresa INTERNATIONAL TRADE CONSORTIUM S.A, con sede en Montevideo, Uruguay; y designa como ente ejecutor, del futuro proyecto impulsado por el municipio, a la firma INVERTIR ARGENTINA S.A con domicilio en Diagonal 74 N°1470 de la Ciudad de La Plata.
Ahora bien, partiendo de esto, el primer interrogante que surge es: ¿cuál era la necesidad de depositar en otra empresa el rol de ente ejecutor sí, claramente, no le saldría gratis al municipio y representaría más gastos? ¿Qué había detrás de esa compañía, entonces?
Asimismo, para dudar aún más de estos “proyectos”, asistimos a como durante siete años los vecinxs de Varela vieron al municipio tirar basura, de todo tipo, en un predio municipal ubicado en el límite de la Avenida Presidente Perón y sobre la calle Mantovani. Esto sumaba al paisaje una leve “serranía” de basura, pero para nada se vislumbraba, “ni de lejos”, aquella “suntuosa” Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos con tecnología austriaca.
Por otro lado, el 17 de noviembre del 2022 (en la 10° sesión ordinaria del Concejo Deliberante), se votó la convalidación de una adenda al contrato original del 2016. Esa votación se hizo, llamativamente, sin ninguna transmisión en los medios locales, ¿no es raro, acaso, que no se hizo una difusión pública del avance del proyecto?.
Quizás, en este otro caso, la respuesta está en que el municipio, y los concejales tan apurados a publicitar obras y repetir pobres discursos que solo simulan maravillas invisibles de la gestión, no querían que nadie preguntara por el ente ejecutor (insistimos: INVERTIR ARGENTINA S.A) que se encontraba y encuentra, históricamente, en serios problemas legales.
¡No vaya a ser que (sí se nos permite un nuevo juego de palabras) la “maravillosa gestión municipal” sea “ensuciada con basura difícil de tratar”, ¿no?!
En el próximo capítulo les relataremos, con lujo de detalles, la situación de dicha empresa. Ahora, frente a todo esto, no dejamos de preguntarnos otra cosa más: ¿es nuestra ciudad una tierra con tanta mala suerte que gran parte de las obras tienen ribetes oscuros?
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.