En el año 2015 se empezó a poblar una parcela rural que pertenece al municipio de Florencio Varela en la zona de barrio Luján en el límite con Almirante Brown. A medida que el barrio crecía se desarrollaba un corralón de materiales de construcción que encerraba un secreto que cada día era más público, distribuían drogas a los vendedores de la zona. Los dueños del corralón venían de la villa de Barracas en CABA y tenían fama de pesados.
A fines del 2016 estalló un conflicto entre jóvenes del barrio y los distribuidores de drogas por lo cual el corralón fue atacado y dañada su infraestructura, a partir de entonces el lugar se transformó en un cementerio de autos robados.
Un grupo de mujeres cansadas de la venta de drogas y la violencia que generaba decidieron que era el momento de transformar ese corralón en un espacio de vida para los pibes y pibas del barrio. Algunas de esas mujeres estaban vinculadas al Espacio de Tierras Agustín Ramírez – Red de Organizaciones Comunitarias Monseñor Enrique Angellelli y solicitaron apoyo para ocupar el lugar, la tarea no sería fácil.
Cuando se empezó a organizar el espacio para les niñes los vendedores de drogas volvieron y solo la valentía de los vecinos y vecinas evitó que tuvieran éxito, la policía bonaerense a cargo del actual secretario de seguridad Roberto Mongelos dejó a esas mujeres en absoluta soledad.
El 29 de septiembre nacía el Centro Comunitario “El Refugio de Los Niños”, donde hasta hacía unos meses se expandía la muerte a través de la venta de drogas en ese momento se comenzó a sembrar vida.
A fines del 2017 visitó el lugar la Fundación del Banco Provincia de Buenos Aires y se logró un convenio para reconstruir el lugar para que los niños y niñas contaran con salones, baños, cocina y un patio seguro, el proyecto estaba en marcha.
En estos siete años el lugar se transformó en un centro comunitario lleno de niñes gestionado por un grupo de valientes mujeres que todos los días defienden la vida.
Actualmente concurren más de 60 niños y niñas a realizar talleres de manualidades con reciclado y panadería, reciben un desayuno saludable con lácteos, cereales y frutas los siete días de la semana, además de un almuerzo de lunes a viernes. También se brindan viandas a familias desocupadas del barrio.
El Centro Comunitario “El Refugio de los Niños” del barrio popular 9 de Julio es un ejemplo de que la vida triunfa sobre la muerte que propone el narcomenudeo, una muestra de cómo la lucha y la organización puede vencer a aquellos que parecen invencibles pero que claramente dejan de serlo cuando las personas se hartan y pierden el miedo.
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