En la última década la violencia creció en Florencio Varela, especialmente en la periferias de la ciudad, de la mano del narcomenudeo y con la protección de sectores policiales. Esta situación quedo demostrada en la investigación llevada adelante por el Fiscal Dario Provisionatto, dónde fueron detenidos miembros de la Delegación de Narcotráfico Quilmes y funcionarios policiales locales.
En esas zonas periféricas de la ciudad también queda clara la ineficiencia de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales para garantizar el hábitat digno a las familias de los barrios populares.
El Asentamiento “La Chancheria” es un claro ejemplo de lo afirmado, sus pasillos interminables, en los últimos años fueron testigos de asesinatos y violencia varias, producto de la venta de drogas donde las familias trabajadoras terminan siendo rehenes.
Por otro lado, en septiembre del 2014 el Gobierno Nacional compro 15 hectáreas en el barrio Villa Argentina para mudar a las familias a un lote digno con servicios públicos pero ni Macri, Alberto Fernández, Scioli, Vidal, Kicillof, Pereyra y Watson pusieron como prioridad la mudanza de estas familias.
Pasaron los años y en los últimos meses el cansancio de decenas de familias, que dejaron mensajes anónimos al poder judicial de Quilmes, y la tarea del responsable de la Ayudantía de Drogas de Florencio Varela, a cargo de Leonardo Valli, concretaron numerosos allanamientos y varias detenciones.
En medio de estas semanas de calma, un grupo de mujeres decidas a qué sus hijos vivan dignamente, acompañadas por miembros de la Red de Organizaciones Comunitarias Monseñor Enrique Angelelli decidieron transformar uno de los lugares allanados en un espacio comunitario.
En esas tierras municipales, que deberían ser un espacio verde pero al no ser trasladadas a la tierra prometida, viven decenas de familias, nació un nuevo espacio de vida y de lucha.
El Centro Comunitario La Chancheria será el espacio vital desde donde defender la vida y organizar la lucha por un hábitat digno.
Hace 10 años que las familias esperan el traslado y para el municipio no es prioridad esa búsqueda de fondos lo cual demuestra que hay “zonas de sacrificio” dónde la vida vale menos.
Desde este espacio, felicitamos a quienes valientemente se organizan para defender la vida contra las violencias.
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