Hace unos días los vecinos de Florencio Varela amanecieron con la noticia de un cuerpo en descomposición, más específicamente con partes de un cuerpo, en bolsas en las calles 534 y 523 del barrio de Villa Argentina, de nuestra localidad.
Los medios, grupos de redes sociales y whatsapp, no sabían ni siquiera el sexo de los restos humanos encontrados. Solo partes de una identidad aun desconocida y que el tránsito de los días marcarían los primeros indicios.
Fueron las amigas, al reconocer sus anillos, en la única mano encontrada que empezaron a darle nombre a lo que aun no se llamaba femicidio. Francisca Aquino, 45 años, de nacionalidad dominicana, era según sus mismas amigas víctima de violencia de género. Vivía con Antonio De La Cruz, también dominicano de 54 años. Él mismo denuncia el 8 de diciembre la desaparición de Francisca.
Pero las víctimas vivas a un sistema judicial y social patriarcal no les importan. Con suerte, pueden importar las víctimas una vez asesinadas. Más se confirma la regla cuando hablamos de mujeres migrantes.
Será recién en la madrugada del 23 de diciembre que Francisca, horas después esos restos putrefactos tendrían ese nombre, merecerían mayor atención.
Antonio De La Cruz está detenido desde las 20:20hs del 24 de diciembre por el femicidio de Francisca Aquino.
En la casa que compartían se encontraron ropa de ella con sangre, bolsas de consorcio con sangre semejantes a las que contenían los restos y un cordón o cuerda finita igual a la que tenía una pierna que se encuentra en el descampado.
La brutalidad del femicidio es tal que aun restan encontrar varias partes del cuerpo de Francisca. Antonio De La Cruz no confesó el crimen, no aportó datos, no dijo nada y desde que lo notificaron de la detención hace silencio. Está detenido formalmente desde el.miércoles 25. El 26 de diciembre se negó a declarar frente al fiscal.
La República Dominicana está en los primeros lugares en tasa de femicidios en América Latina, que de por sí es la región del mundo donde estos asesinatos son más frecuentes.
Argentina, según estadísticas de las organizaciones de mujeres, tiene más de un femicidio por día. La ley contra la Violencia hacia las mujeres, sigue siendo letra vacía. Para varios sectores la E.S.I. (que es ley hace 10 años) aun está en cuestión.
A los fines de la cultura patriarcal, hegemónica y machista, la distancia no existe.
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