Ayer al mediodía enfermeros y enfermeras comenzaron un acampe por 72 horas en Plaza Congreso para denunciar la violencia laboral e institucional en el AMBA y exigir su reconocimiento como profesionales de la salud, pase a planta permanente y una urgente recomposición salarial.
“Este acampe de Enfermería surge a raíz de una lucha que lleva dos años, que no es sólo de CABA, ya que el reconocimiento profesional -que debió otorgarse en todo el país desde hace 30 años con la Ley de Ejercicio Legal- no se ha dado, y hasta ahora las respuestas sólo han sido negativas, represivas y discriminatorias”, declaró Mariana, trabajadora del Hospital Álvarez e integrante de la Agrupación La interhospitalaria.
“El reconocimiento no existe en ningún lado porque no se cumple la Ley de Ejercicio que nos declara profesionales de la salud, que nos permitiría estar incluidas junto con los médicos y el resto del equipo interdisciplinario y que implicaría mejoras salariales para todos, categorización y desarrollo de la profesión”, observó.
“Al estar tan precarizadas, la formación se nos vuelve casi un imposible. Es una carrera llena de obstáculos donde la investigación y la publicación como cuerpo académico y científico están negadas para la enfermería, y esta situación pasa a nivel de todo el país”, explicó.
“Reclamamos el reconocimiento, pero en Ciudad de Buenos Aires lo que recibimos fueron los palos de la legislatura”, cuestionó -en referencia a la represión por parte de la policía porteña en la movilización del 21 de septiembre en el Día de la Sanidad-, comentando que enfermeras de Misiones y Mendoza se han encadenado, en tanto que en Corrientes también hay acampes.
Además, manifestó que la situación de les trabajadores de enfermería “es crítica” dado que hubo más de 100 muertes por COVID-19 debido a que “las medidas son entre tardías y deficientes”.
“En muchos aspectos se podría pensar que están encubriendo la pandemia con la sangre de enfermeras, porque ocultan todo y no hablan de cómo la estamos pasando”, planteó.
En este sentido, advirtió que la violencia institucional que sufren “es enorme” y que están “cercenadas en el desarrollo de la profesión y para la atención de los pacientes”, en tanto que hay una tendencia a “favorecer al sector privado” mientras que “los hospitales están destruidos”.
Por otra parte, expuso que a raíz de las protestas realizadas -que incluyeron presentaciones judiciales- recibieron “aprietes por parte de las juntas internas” del Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA), de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) para que dejen de quejarse y denunciar.
“El golpe más fuerte que hemos recibido fue el de la represión del 21 de septiembre por parte de la policía en la legislatura porteña, pero la violencia institucional es moneda corriente”, alertó.
Al respecto, denunció que frente a síntomas de Coronavirus les exigen que firmen una declaración jurada que implica una autoincriminación -asumiendo que se cometió un error como ponerse mal el barbijo- cuando la realidad es que no cuentan con el espacio físico para tomar el distanciamiento adecuado.
“Hay hospitales sin vestuarios que tienen un solo baño para tres personas, pero si nos quejamos tenemos la amenaza de sumarios”, refirió, destacando que también sufren descuentos en caso de paro.
“Esa violencia es cotidiana, y se le suma la persecución de los integrantes de las juntas internas, que incluso han amenazado de muerte a colegas que asistieron a movilizaciones para luchar por sus derechos”, apuntó.
“En el acampe vamos a denunciar todo esto y mucho más. La lucha en Enfermería sigue y tenemos que ganar, por nosotres, por la gente que atendemos y por nuestras familias”, expresó.
Foto: La izquierda diario
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.