Elecciones o barbarie, coyuntura actual en Bolivia

Por Mishka Iturri Avendaño para ALB

En Bolivia vivimos en un total desgobierno. La crisis política ha causado una incertidumbre que no teníamos desde hace 15 años. La crisis democrática trajo consigo persecución política a una escala que no existía desde las dictaduras.

El pasado viernes 18 de septiembre Jeanine Añez renunció a su candidatura a la presidencia a nombre de la unidad de la derecha boliviana. Sin embargo, esta renuncia no es ningún sacrificio ni honor como ella señaló, sino más bien una derrota. Jeanine reconoce que su gestión no trajo más que muertes y sufrimiento para el pueblo boliviano. Hasta inicios de octubre hay 7500 fallecimientos por COVID registrados en Bolivia. Aún este número es un subregistro, a la fecha los bolivianos que han fallecido por COVID 19 que están enterrados en cementerios clandestinos, cuya enfermedad nunca fue registrada, es desconocida. Además, hoy, 4 de cada 10 bolivianos han perdido su empleo y existen despidos masivos tras la mala gestión de la pandemia.

Esta pasada semana también se ve marcada por la intolerancia y la violencia. Muchas actividades el MAS IPSP fueron atacadas en distintos departamentos del país. En Oruro una caravana fue atacada por simpatizantes de Carlos mesa. En Cochabamba grupos de choque atacaron y quemaron un puesto de campaña que estaba realizando una feria de salud, llegaron al punto de hacer escapar a quienes se encontraban en el puesto y de quemar el material. En La Paz atacaron el encuentro de Juventudes el 21 de septiembre (día de la juventud en Bolivia) con granadas de gas de uso policial. En Santa Cruz apedrearon una casa de campaña.

A tres semanas de las elecciones la derecha está desesperada porque ve que la base dura del MAS -lejos de verse reducida con los escándalos que crearon- crece ante la realidad de crisis que vive la gente en las calles y en sus casas. Los debates en los medios de comunicación y en las redes se ven marcados por un gran vacío de contenido político por parte de la derecha. Mientras que Creemos (partido político de L. F. Camacho) usa argumentos de corte religioso y tiene como bandera la “revolución pitita”, Comunidad Ciudadana (partido de Carlos Mesa) se caracteriza por argumentos tibios y un bajo perfil constante que busca capitalizar a los “tibios”. Otros partidos no participan de debates o se dedican a criticar al MAS en lugar de sacar propuestas. Mientras tanto, el Movimiento al Socialismo llama a grandes caminatas, caravanas y ferias de salud. Estas actividades que pretenden llegar a las calles y a la gente, son tomadas en cuenta como demostraciones de fuerza.

Por otro lado, el Tribunal Supremo Electoral ha expresado repetidamente su denuncia por la falta de recursos. Estas denuncias culminaron en el desembolso de recursos por parte del gobierno de facto, que tenía estos recursos como rehenes, pidiendo a la asamblea legislativa plurinacional que de paso a un préstamo millonario de FMI que comprometería el tipo de cambio boliviano a la voluntad de dicho organismo. Los jurados electorales fueron sorteados y anunciados el pasado fin de semana y ese ya es un avance en el calendario electoral. Dependerá pues, de estos jurados, los notarios y los delegados políticos de los partidos el correcto llenado, transporte y conteo de votos mediante las catas electorales para asegurar que no exista un fraude electoral. La democracia boliviana tiene dos caminos; el camino de la democracia electoralista disciplinada y seria, o la revolución popular que va a salir a asegurar posibilidades de una vida digna si se da un fraude, esperemos que la paz y el orden logren expresar la voluntad popular.


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