EL PODER POLITICO DECRETÓ 3 DIAS DE DUELO POR LUIS GENOUD, A QUIEN LE DEBEN LA LIBERTAD Y SUS FORTUNAS

Como era de esperar la muerte de Luis Genoud generó grandes polémicas en un sector de nuestra sociedad sobre qué hizo en su vida pública y qué debía decirse el día de su muerte.

Luis Genoud durante toda su vida fue un hombre con enormes ambiciones de poder y muy pocos valores éticos y esa combinación le permitió transformarse en el hombre más poderoso de la ciudad. Ese poder lo usó para muchos fines: enriquecerse, cosa que pareciera que dejó de importar al momento de su muerte; para repartir empleo estatal, proteger a hijos descarrilados de familias poderosas, proteger a la casta corrupta que gobierna la ciudad desde 1992 y para designar como jueces y fiscales a una caterva de personajes mediocres que solo tenían la virtud de la obediencia.

Sin dudas Luis Genoud fue el personaje más lucido del orden conservador local, nunca pudo ser intendente por medio de los votos, pero desde 1992 junto a Julio Pereyra manejaron y destruyeron Florencio Varela. Para los vecinos y vecinas desprevenidas o aquellos que no conocen la historia en 1992 un muchacho de pocas luces y muchas ambiciones llegó a la intendencia de Florencio Varela de la mano de Luis Genoud, era Julio Pereyra. Durante 33 años Julio y Luis decidieron qué hacer con la ciudad y todos sus habitantes, si miramos la ciudad queda muy claro que está destruida fruto de la corrupción, la venta de drogas y la violencia.

En el día de ayer una pequeña porción de Florencio Varela debe agradecer a Luis Genoud lo mucho que hizo por ellos y seguramente estarán en su velorio y despedía en el cementerio privado.

Julio Pereyra, “Chicho” Basile, Carlos Kunkel, Hugo Pereyra y tantos otros deben agradecerle que caminan libres por las calles de la ciudad colmados de millones de pesos a pesar de ser responsables del sistemático saqueo del municipio, sin él hubieran sido compañeros de celda de Daniel Zisuela.

También estarán agradecidos funcionarios judiciales como Mariana Dongiovanni, Hernán Bustos Rivas, Lorena Iovanovich y Julián Busteros que con su mediocre actuación les arruinaron la vida a los familiares de las pibas asesinadas en la Masacre de Senzabello, de Lautaro Morello, de Lucas Escalante, de Nahuel Sanabria, de Josué Salvatierra y también del recordado periodista Héctor Reynoso; sí queridos vecinos y vecinas, esto es la obra de Luis Genoud en tanto responsable de sus designaciones y accionar.

También estará despidiendo a su mentor Andrés Watson que jamás hubiera sido intendente si Genoud no hubiera convencido a Julio Pereyra de que lo dejara con la frase “quedate tranquilo Julio que lo manejamos».

Se sumará Luis «el Turco» Daher, un oscuro abogado que defendió a Menem y a su compadre Daniel Zisuela en la causa por la red de trata, quizás el desprevenido lector no sepa que este personaje fue designado por Genoud «Conjuez de la Corte Suprema».

No estarán en esa despedida familiares ni amigues de Francisco “Pancho” Bartucci, detenido desaparecido en 1976. Tampoco estarán allegades de las tantas víctimas del sistema político y judicial que Genoud aportó a construir en democracia. Estarán ausentes quienes luchan por la Memoria, la Verdad y la Justicia, y quienes entiendan que ningún favor particular puede convertir a este colaborador de la dictadura y de la violación de derechos en democracia en un ser honorable.

El Intendente Andrés Watson un eterno agradecido, decretó duelo de 3 días y bandera a media asta por la muerte de Luis Genoud en representación de un pequeño sector de la sociedad y claramente no en representación de la mayoría de la población que se debate entre el repudio, la indiferencia y el desconocimiento del personaje fallecido.

Hace bastante tiempo que Genoud ya no era el estratega frío y calculador que manejaba las palancas más importantes del poder y repartía migajas para sentir el agradecimiento cuando recorría algunas calles de la ciudad, lentamente se iba apagando. La muestra más clara fue que a la par que se apagaba caía preso Daniel Zisuela, un poderoso local que terminó muriendo en la cárcel a pesar de los esfuerzos de su compadre “el Turco” Daher.

Estamos ante el fin del ciclo iniciado en 1992, el poder ya no cuenta con Graciela Giannettasio ni Luis Genoud, Carlos Kunkel es una sombra y Julio Pereyra solo sueña con pequeñas cosas como la caída de Andrés Watson.

Se terminó una etapa política, quizás a partir de ahora la ciudad sea un poco mejor.


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