EL HOMENAJE DEL PERONISMO LOCAL A ANTONIO BENGOECHEA, INTENDENTE DESIGNADO POR LA REVOLUCIÓN FUSILADORA DEL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1955

La ciudad de Florencio Varela desde que se instauró en 1916 el sistema de voto universal, secreto y obligatorio sufrió las consecuencias de los golpes militares al igual que el resto del país.

De los 109 años de democracia de la ciudad, 73 años gobernaron intendentes elegidos por el voto popular y 36 años intendentes y comisionados nombrados por las dictaduras.

Uno de los golpes militares que más dañó al país y a la ciudad del conurbano se produce el 16 de septiembre de 1955 contra Juan Domingo Perón, y en Florencio Varela tiene dramáticas repercusiones.

La Revolución Fusiladora en Florencio Varela es apoyada por las familias que sostiene el orden conservador y de una de ellas surge la persona que ocupará la intendencia, es designado Antonio Bengoechea, dirigente radical y reconocido antiperonista. En los periodos dictatoriales se ve con claridad cómo miembros de familias poderosas de origen conservador, peronista o radicales, ocupan los cargos de intendentes. Una reacción previsible del orden conservador que siempre intentó imponer las condiciones en esta ciudad.

La intendencia fue ocupada por policías bonaerenses al mando del comisario Eduardo Goyena, vecino de la ciudad a cargo de la única comisaría, quienes detuvieron al intendente Luis Calegari junto a varios colaboradores y un grupo de militantes peronistas incluido el fundador del Diario Mi Ciudad, Ramón César Suárez, además muchos militantes sufrieron brutales agresiones siendo una de esas víctimas Estrella Tedesco, una de las responsables de la rama femenina.

La Revolución Fusiladora del 16 de septiembre de 1955 publicó el Decreto 4161/55 que implicó la persecución del peronismo en todo el país y en Florencio Varela implicó que:

 1) Se disuelva el Consejo Deliberante, los gremios y Partido Peronista.

2) Se arrancaran los bustos de Eva Perón de la vía pública y de oficinas gubernamentales, además de cualquier simbología del Partido Peronista que hubiera en la ciudad.

3) Se prohibió decir Perón, Eva Perón, peronismo y cantar la marcha peronista.

4) Se detuvo al intendente Luis Calegari y sus colaboradores.

El principal responsable fue Antonio Bengoechea quien era consciente de las retenciones, persecuciones y prohibiciones que sufrió una parte importante del pueblo de Florencio Varela, lo cual debería estar claro para quienes defienden el sistema democrático y mucho más para el peronismo que fue víctima directa de la violencia y la proscripción.

El 8 de diciembre de 1983 el intendente de facto, Oscar Mingote, de origen peronista junto al gobernador Aguado inauguraron el Centro de Salud de Villa Hudson y le colocan el nombre de Félix Rodríguez, el intendente más fraudulento de la historia de la ciudad, lo cual podría ser considerado un acto de coherencia política.

El 10 de diciembre de 1983, con la vuelta a la democracia luego de la más sangrienta dictadura de la historia argentina debía quedar claro que los responsables de los golpes militares no tenían ningún tipo de reconocimiento y debían ser juzgados por la justicia. Pero en Florencio Varela con la llegada a la intendencia del cómplice de la última dictadura cívico militar eclesiástica empresarial, Julio Alberto Carpinetti, acompañado del secuestrador Francisco “Chicho” Basile y Graciela Gianettassio, no solo se ocultaron los NN enterrados en el cementerio de Florencio Varela y se protegieron a secuestradores, sino que también se decidió homenajear a los responsables locales de las dictaduras.

Era de esperar que Julio Carpinetti cambiara el nombre vinculado a la «década infame» del centro de salud, pero ni él ni Julio Pereyra ni Andrés Watson tomaron esa decisión. Es más, los dos anteriormente mencionados impulsaron que también el bajo nivel de Av. San Martin llevara el nombre de ese personaje, símbolo del orden conservador.

Lo último que la sociedad democrática podía esperar era que el propio peronismo colocara el nombre de Antonio Bengoechea al Centro de Salud de La Capilla, el mismísimo intendente de la Revolución Fusiladora es reconocido por los gobiernos peronistas.

Algunos sostendrían que es una traición, pero es algo distinto. El orden conservador local no precisó más los votos para imponer condiciones desde 1992, con absoluta claridad, con Julio Pereyra y Andrés Watson tutelados por Luis Genoud controlan el peronismo.

Eso explica que el PRO y la Libertad Avanza sean parte del sistema de poder sin diferencias ideológicas.

En tiempos donde gobiernos de ultraderecha como el de Milei ponen en duda la democracia es necesario que en Florencio Varela mínimamente no se hagan homenajes a los funcionarios puestos por las dictaduras.


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