“En Florencio Varela, como en cualquier ciudad, existen sectores negacionistas de la represión o que hacen de ella una cuestión menor, pero por otro lado hay una cantidad importante de ciudadanos y ciudadanas que creemos que hay que avanzar con las investigaciones, ponerle nombre y apellido, y dar una batalla político cultural”, expresó, en entrevista con FM La Barriada, José Luis Calegari, integrante de la Red de Centros Comunitarios Monseñor Enrique Angelelli y de la Red de Defensorías Territoriales.
“Defender a personajes como Modesto Evaristo “Tino” Rodríguez en tiempos democráticos es vergonzante”, manifestó, en referencia a la nota editorial del director del diario local Mi ciudad, Alejandro Suárez.
“Quienes pasamos por el colegio Santa Lucía lo conocimos bien”, aseguró, refiriendo que Tino Rodríguez era “un tipo muy inteligente pero muy perverso y manipulador con una concepción bastante fascista del mundo”.
“Era un parteaguas de las miradas ideológicas. Los que coincidían con Tino podían emborrachar al avestruz o romperle hasta su auto. Eso no era tan grave como que te plantaras en términos ideológicos, ahí se acababa la bondad”, señaló.
En este sentido, remarcó que el propio Rodríguez en su libro “Santa Lucía, el instituto” tituló un capítulo como “rosas y ortigas”, donde en referencia a las primeras muestra “jóvenes practicando deporte, felices y contentos” y en relación a las segundas “volantes de los alumnos que militaban políticamente en organizaciones que él consideraba subversivas”.
“Las rosas eran lo que obedecían, las ortigas quienes lo criticaban”, observó.
“Esto muestra quién era Tino Rodríguez”, declaró, recordando que el fundador del colegio Santa Lucía “defendía” al dictador Jorge Rafael Videla, “lo reivindicaba”, lo visitó mientras estaba en prisión e incluso firmó una solicitada en su apoyo.
“La solicitada que firmó Tino no la firmaba cualquiera, sino los admiradores de la dictadura que se animaban porque estaba en jaque el gobierno de (Raúl) Alfonsín”, apuntó, destacando que fue en el contexto de “un proceso de intento de ruptura democrática” en el país.
“Es bastante dudoso que su relación con Videla fuera un acto personal en medio de la dictadura, cuando la gente desaparecía, y él era director de una escuela con 10 desaparecidos”, planteó.
En este aspecto, recalcó que a Claudio Zurita –uno de los tres hermanos egresados del Instituto Santa Lucía y desaparecidos- la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) “lo comenzó a seguir mientras era alumno” del colegio.
Por otra parte, advirtió que los archivos del diario Mi Ciudad no son públicos, e invitó al director del diario a “que haga público el período 76-83, que muestre cuál fue la línea editorial del diario, las loas a la dictadura y cómo escribían sobre los desaparecidos que había en Varela en ese momento”.
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