Cuarentena en los barrios más humildes: entre la solidaridad y el abuso policial

La cuarentena total obligatoria dispuesta por el gobierno a raíz del COVID-19 dejó expuesta la crisis alimentaria que se vive en los barrios más humildes, en donde frente a la falta de respuesta del Estado las organizaciones y espacios comunitarios cobraron un rol fundamental a la hora de garantizar el alimento para muchas familias.

En entrevista con FM La Barriada, la referente Mónica Molina del Centro Comunitario “Los Mocosos” del barrio 3 de Mayo del partido de Florencio Varela, contó sobre la labor de este espacio durante el aislamiento social.

En este centro, que a su vez pertenece a la Red de Centros Comunitarios Monseñor Enrique Angelelli, se desarrollan cotidianamente tareas educativas con niñes y preadolescentes, talleres de oficios para jóvenes y actividades para las madres, las que se encuentran suspendidas debido a la cuarentena. Sin embargo, desde allí actualmente se está ayudando a estas familias mediante la entrega de viandas.

Mónica Molina explicó que desde “Los Mocosos” en un principio entregaron mercadería porque necesitaban poder asegurar que las familias pudiera cocinar en sus casas, en tanto desde el pasado miércoles comenzaron con la distribución de viandas. “Tratamos de brindar lo mejor de nosotros con el mejor cuidado”, manifestó.

Según expresó en diálogo con FM La Barriada, las viandas las realiza un equipo de seis compañeras que viven en la zona, que cocinan para aproximadamente 200 personas, lo que representa a 71 familias. Además, destacó que también desde el centro brindan recetas de cocina y consejos de prevención y cuidado para garantizar la higiene.

No obstante, en la contracara del compromiso social de este grupo de compañeras dispuestas a ayudar a las familias del barrio, la referente contó que días atrás Gendarmería se presentó en el centro a raíz de una denuncia por disturbios.

En este sentido, refirió que habían pautado un horario para la entrega de la mercadería, que se habían respetado las medidas de cuidado tanto por parte de la gente que mantuvo un metro de distancia como de las compañeras que utilizaban barbijos y guantes, pero que “unos vecinos que no pueden comprender la ayuda a los jóvenes” denunciaron que había disturbios en la esquina.

“Vino Gendarmería. Bajaron con las armas apuntando a dos de los chicos que estaban justo ahí cuando llegaron. Los intimidaban y entonces salimos a explicarles que era un centro comunitario donde se estaba entregando mercadería”, relató.

“Eran chicos que colaboraban alcanzándole la mercadería a un par de abuelas que no podían acercarse”, explicó y señaló que “fue una situación bastante fea” ver que los gendarmes bajaban armados como si fuera que los chicos estuvieran haciendo algo malo.

“Yo estoy muy atenta a hablarle a los chicos de sus derechos porque muchos no saben que los tienen”, destacó Molina. “Tienen que cumplir la cuarentena, pero tampoco el abuso”, advirtió.

Para escuchar la entrevista completa, hacé click aquí.


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