La red de organizaciones comunitarias Monseñor Angelelli tiene 30 años de historia en el distrito de Varela, historia que, en muchos casos, fue hecha por mujeres.
En el año 2022, las docentes e investigadoras de la UNAJ, Karin Grammatico y Paula Bontempo decidieron conocer estas historias y darles el valor que tienen dentro de la memoria colectiva e iniciaron un proyecto de vinculación entre la Universidad y la Red Angelelli, para conocer, reconocer y difundir la historia de las mujeres de la Red en lo quedenominaron las “Batallas cotidianas por la vida digna”.
El proyecto busca valorizar las experiencias comunitarias en los territorios desde una perspectiva de género: conocer las historias y realidades que se construyeron en todos estos años para garantizar el derecho a la vivienda, a la alimentación, la organización en torno a las tareas de cuidado, y también el derecho al goce y del disfrute, tantas veces negado a las mujeres y a las barriadas.
El proyecto conto además con la participación de docentes, no docentes, estudiantes y graduadas de la UNAJ (que son parte de la Red Angelelli) y de las mujeres referente de los 32 centros comunitarios de la Red, quienes en una serie de encuentros conversaron acerca de las tomas de tierras, de las ollas populares, de cómo se organizaron en contextos adversos y de las experiencias comunitarias; del ser mujer y la vinculación con los movimientos de mujeres, del derecho al goce y al disfrute, y sobre todo de la construcción
colectiva. En medio de risas, mates, mucha emoción y respeto se re-construyó la historia de las mujeres de las barriadas populares.
El proyecto continuó durante los años 2023 y 2024 pero esta vez con encuentros donde el eje fue la construcción de una narrativa colectiva en primera persona a través del colagge y la poesía.
Hoy más que nunca se hace necesario visibilizar las experiencias de lucha sucedidas en los territorios, recuperando la dimensión política de hechos cotidianos como conseguir el alimento, organizar las tareas de cuidados y tener un lugar donde vivir; recuperar esas batallas por una vida digna, que las compañeras de los centros comunitarios realizan día a día. Pero también recuperar la dimensión política del derecho al disfrute, al ocio, a divertirse, a la risa y al arte como forma de ser y construir comunidad en una realidad cada más excluyente.
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