Florencio Varela lentamente se fue transformando en una ciudad cada vez más violenta donde las redes del delito se consolidan al calor de una trama de complicidades donde sectores de la política, la justicia y la policía son parte de negocios ilegales gozando y garantizando impunidad.
Esa compleja trama necesitaba una arquitectura político-judicial que garantizara el desarrollo de una justicia tutelada que fuera garante de impunidad en caso de que fuese necesario.
Para la población en general fue una alegría que nuestra ciudad contara con juzgados de garantías, fiscalías y defensorías lo cual acercaría el acceso a la justicia a la población, pero detrás de ese logro se encontraba la mano del todopoderoso miembro de la Corte Suprema de la Provincia Luis Genoud en la designación de todos los funcionarios judiciales que pudiera.
El poder político de Luis Genoud en su alianza con Julio Pereyra impulsó nombres diversos en el naciente poder judicial de Varela a pesar de la resistencia del fiscal general de Cámara Marcelo Draghi que no pudo evitar arbitrarias designaciones a través de «concursos sospechados de parcialidad».
Entre las llamativas designaciones del dúo Luis Genoud-Julio Pereyra estuvo Mariana Dongiovanni, una varelense que con 30 años y sin ninguna experiencia importante en la justicia ni recorrido académico el 18 de junio del 2008 fue designada secretaria del Juzgado de Garantías N°5 en dupla con el Juez Julián Busteros, otro amigo del poder.
La carrera meteórica de la Dra. Dongiovanni se vio acrecentada cuando seis años después y con solo 36 años fue designada Titular de la Fiscalía N°2 de Varela ante el asombro de diversos funcionarios judiciales de probada capacidad.
La carrera judicial de Dongiovanni, como de algún otro fiscal, está marcada por groseros errores que solo son posibles por una manifiesta ineficiencia o por ser parte del entramado de impunidad ideado por el integrante de la Corte Suprema de Justicia de Buenos Aires Luis Genoud, los familiares de las víctimas se inclinan por esta última opción.
Si tomamos cuatro causas emblemáticas de nuestra ciudad que le tocó investigar se observa que en todas terminó en medio de escandalosas denuncias de familiares de las víctimas acusada de estar protegiendo las tramas mafiosas.
Hoy se realizó un acto de repudio a la fiscal por parte de las familias de Lautaro Morello, Nahuel Sanabria y Lucas Escalante donde cada persona que hizo uso de la palabra contó los destratos, la pérdida de pruebas y su sistemático intento de proteger a los poderosos involucrados.
La suma de escándalos y un creciente cansancio social del accionar de un sector de la justicia de Varela va poniendo en marcha acciones de repudio como también acciones de carácter legal como solicitar el juicio político a la Legislatura de la Provincia o el apartamiento transitorio al Procurador de la provincia.
Los crudos relatos de los familiares donde se manifiestan broncas e impotencia hicieron del acto de hoy una acción sumamente emotiva.
Como sostuvo Mirian Aguilar (abuela de Lautaro Morello) «no vamos a parar hasta que Dongiovanni esté afuera de la justicia» ese deseo compartido por las familias fue la centralidad del reclamo.
El reclamo contó con el acompañamiento de la Red de Organizaciones Comunitarias Mons. E. Angelelli y la Red de Defensorías Territoriales en Derechos Humanos que impulsan la lucha por una justicia democrática al servicio de la comunidad y no de las tramas mafiosas.
Será un año duro y complejo para las familias de las víctimas, pero la construcción de un espacio colectivo les da la fuerza «para que nuestra ciudad no termine siendo Rosario», frase que cada día resuena más entre los funcionarios del Poder Judicial de Quilmes.
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