A casi 40 años de democracia, Florencio Varela sigue pidiendo Memoria, Verdad y Justicia

A 38 años de la recuperación de la democracia, en el distrito de Florencio Varela el pedido por Memoria, Verdad y Justicia continúa vigente, frente a la complicidad civil y política con encubridores y participes de los crímenes de la dictadura.

Una de las principales responsable de encubrir el accionar del gobierno de facto en la ciudad de Florencio Varela es la actual docente universitaria Graciela María Gianettassio, nombrada este año Profesora Emérita por la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) en reivindicación a su “lucha por la defensa de los derechos humanos”, a pesar de que, cuando integrara la comisión a cargo de investigar los cuerpos inhumados en el cementerio local en 1983, se ocupara de negar su existencia y por ende, les negara el derecho a las familias de personas desaparecidas de conocer el lugar donde fueron enterradas las víctimas de la dictadura.

La complicidad política en dictadura y democracia

En 1974 se vivía en todo el país el creciente terror impartido por la triple A, y Lomas de Zamora no sería la excepción, ya que el recientemente electo intendente, Ricardo Ortiz, fue destituido por el Concejo Deliberante, que fundamentó su decisión aduciendo una malversación de fondos.
Aunque esta destitución le abrió una puerta al concejal de la tendencia Pablo Turner, generando entusiasmo en ámbitos juveniles y sectores combativos del sindicalismo, el Concejo del partido bonaerense respaldaba al por entonces concejal Eduardo Duhalde, vinculado al sindicato municipal y a la derecha peronista.

Paralelamente, por esos días en su número 29 la revista El Caudillo, dirigida por el vecino de Florencio Varela Felipe Romero, se transformó en el órgano de prensa de la triple A y alertaba que el peronismo de Lomas de Zamora estaba “infiltrado de sectores marxistas a los que había que combatir” y reivindicaba la figura de Duhalde, que ya estaba preparando su equipo sumando personajes de la ultraderecha peronista, entre quienes aparecía una joven abogada que se había ganado su confianza, Graciela María Gianettassio.
Gianettassio, nacida el 20 de octubre de 1950 en la localidad de Remedios de Escalada, se había recibido tempranamente de maestra, y en 1972 obtuvo el título de abogada en el Museo Social Argentino, donde tuvo de compañeros de estudio a su futuro marido, el comisario Maldonado, y

a Luis Esteban Genoud, por entonces Oficial Inspector en la policía bonaerense y posteriormente responsable de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.

En ese contexto, Pablo Turner sólo duró tres meses en el cargo, siendo sucedido por Duhalde, que

dejó manifiesta su pertenencia al sector de “lucha contra la infiltración marxista en el peronismo” al ser entrevistado por la revista El caudillo, famosa por su típica frase “el único zurdo bueno es el zurdo muerto”.

Además, en su gabinete, debutó oficialmente como funcionaria Graciela María Gianettassio, en el puesto de Directora de Asuntos Legales.

En contraposición al nuevo intendente, se encontraba el trabajo de un grupo de cuatro concejales con fuerte inserción en los barrios más pobres del distritos, encabezado por Héctor Lencinas, pero

el 21 de mayo de 1975 el militante sería secuestrado, asesinado y volado con dinamita en un descampado de la Avenida Pasco junto con otros siete compañeros de la tendencia.

Asimismo, Duhalde y Gianettassio comenzaban a forjar una dupla que tendría el control del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires durante décadas, al punto de que con la vuelta de la democracia el 10 de diciembre de 1983, el ex concejal fue electo nuevamente intendente de Lomas de Zamora, mientras la abogada fue designada subsecretaria de gobierno en la intendencia de Julio Alberto Carpinetti en Florencio Varela, quien nombró además como otro de sus máximos colaboradores a Francisco “Chicho” Basile, miembro de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y parte de grupos de tareas en la dictadura.

En este marco, serían Gianettassio y Basiles quienes, por orden de Carpinetti mediante el decreto n.º 1909/83, pasarían a integrar la comisión investigadora de cuerpos enterrados en el cementerio local, tras los reclamos de familiares de personas desaparecidas.

Sin embargo, cuando en 2016 la Comisión por la Memoria , la Verdad y la Justicia de Florencio Varela solicitó por nota al municipio conocer el resultado de la investigación, la respuesta obtenida fue que la misma nunca se había realizado.

No obstante, la Comisión por la Memoria había tenido acceso a un expediente municipal del archivo de la Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires (DIPBA), donde en el Folio IV Informe 279 estaba la documentación que demostraba que la comisión investigadora había tenido en su poder el listado de cuerpos NN con número de sector y tumba y estado del cuerpo, que en muchos casos tenían lesiones compatibles con torturas.

Frente a estos hechos, es que la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia insiste en la necesidad de que “personajes siniestros como Graciela Gianettassio no integren la historia como luchadores populares, sino como los verdaderos farsantes que son”.

Foto: UNAJ


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