LA TRAMA DE IMPUNIDAD LOCAL ARCHIVÓ NUEVAMENTE LA INVESTIGACIÓN DE LA MASACRE DE SENZABELLO

A casi siete años de la llamada “masacre de Senzabello” las muertes de Sabrina Barrientos (16 años) y Denise Juárez (17 años) continúan sin justicia en una ciudad donde la impunidad se estructura desde la cima del poder.

Desde 1992 en nuestra ciudad se configura una nueva trama de poder político con la llegada de Julio Pereyra a la intendencia, y empieza la decadencia y destrucción de las instituciones democráticas.
Con Julio Pereyra llegan tres personajes claves en esta configuración Graciela Gianettassio, Luis Genoud y Carlos Kunkel, más tarde se sumará Francisco “Chicho” Basile y quedará conformado el poder real de Florencio Varela.
En el caso de la “masacre de Senzabello” es destacable el rol del funcionamiento de aparato judicial. Muchas veces cuesta entender cómo un personaje como Luis Genoud, actual miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, que nunca fue intendente es uno de los grandes responsables de la espantosa situación actual de la ciudad. Esto de debió a que los ámbitos de influencia de «la Traición», apodo de Luis Genoud con que lo recuerdan militantes peronistas que sobrevivieron a la dictadura, fueron otros dos espacios esenciales: la justicia y la policía.
Durante años Genoud influyó en la designación de comisarios en nuestra ciudad castigando a quienes intentaban investigar las tramas de poder local y premiando a quienes cumplían las órdenes, el actual Secretario de Seguridad del municipio de nuestra ciudad y ex Comisario Inspector Roberto Mongelos es un ejemplo de miembros de fuerzas de seguridad que terminan como funcionarios municipales exponiendo los vínculos entre el poder político, judicial y las fuerzas de seguridad.
Cuando Luis Genoud se afianzó en la Corte Suprema de Justicia comenzó a planificar la naciente justicia penal de nuestra ciudad donde colocó estratégicamente personas de su confianza para que junto a la policía fueran los garantes de la impunidad local, la Dra Mariana Dongiovani Titular de la UFI N°2 y fiscal interviniente en el caso de la “masacre de Senzabello” es otro ejemplo de ello.
El 11 de febrero 2017 alrededor de las 6hs se produce la masacre de Avenida Senzabello donde cuatro mujeres menores son salvajemente baleadas muriendo dos de ellas.
El primer fiscal que interviene es un protegido de Luis Genoud, el Titular de la UFI N°5 Hernán Bustos Rivas, un ex policía de la provincia que por no cumplir con la cuota alimentaria de sus hijos fue desplazado de la investigación en medio de un escándalo con su ex pareja.
La investigación recayó en la Titular de la UFI N°2 Mariana Dongiovani, una joven varelense que desarrolló una meteórica carrera de la mano de Genoud pasando de empleada judicial a secretaria y finalmente a fiscal con tan solo 36 años.
La estrategia de tener control de las investigaciones sensibles para el poder político se manifiesta a la perfección en la “masacre de Senzabello”, durante la cual el Jefe Distrital es Roberto Mongelos y la fiscal Mariana Dongiovani, dos personas que responden al poder.
La investigación policial / judicial muestra claramente cómo se encubrió a los responsables de los asesinatos mientras el poder político ordenaba las relaciones entre las bandas del narcomenudeo, el resultado fue nadie preso y ningún responsable expuesto.
El día que suceden los hechos mientras las cuatro jóvenes estaban heridas en el piso y los policías presentes miraban hacia otro lado según muestran las imágenes, se hizo presente en el lugar un enigmático personaje que se agachó y amenazó a Némesis Nuñez, una de las sobrevivientes, «No digas nada que estoy re loco» y tuvo como respuesta «No voy a decir nada”.
Ese vídeo fue desestimado por la Fiscal Dongiovani porque consideró que era un primo de Denise y que el audio no se escuchaba bien, pero solo debía limpiar los ruidos como hizo la familia de Sabrina Barrientos para escuchar las amenazas claramente.
La causa en manos de la Fiscal Dongiovani y el Jefe Distrital Mongelos deambuló por detenciones absurdas como la de Weiman, un vigilador del Bingo de 36 años y un joven de 14 años Lautaro Velázquez, que nada tenían que ver con los hechos. Estaba claro que no debían encontrar a nadie y que las pruebas que vinculaban el crimen con boliches locales, ex policías y bandas de narcomenudeo no debían seguirse.
Sin pruebas sobre la participación de ambos en el crimen y sin ninguna otra persona investigada la causa fue archivada dejando en claro que el sistema ideado por Luis Genoud funcionó.
El 14 de junio del 2023 Sandra Gómez y Yanina Barrientos, madre y hermana de Sabrina Barrientos, solicitaron ante el Dr. Diego Agüero Titular del Juzgado de Garantías N°6 el desarchivo de la causa. La familia solicitó que se revise el video y las fotos donde un individuo no identificado en la investigación amenaza con claridad a Némesis Nuñez, la respuesta fue que “esos elementos de prueba ya fueron investigados por la Fiscal Dongiovani”, un tecnicismo para cerrar la investigación por parte de la Titular de la UFI 4, Nuria Gutierrez y que esta causa molesta sea nuevamente archivada.
Pronto se cumplirán siete años de uno de los hechos más brutales en nuestra ciudad sin que se haya logrado esclarecer nada: dos jóvenes asesinadas y dos gravemente heridas a la luz del día en una avenida de nuestra ciudad, disparos a mansalva desde un automóvil y cámaras captando los hechos.
Siete años de impunidad para las víctimas, siete años de crecimiento de las carreras de los responsables de esa impunidad: el Comisario Inspector Jefe Distrital Roberto Mongelos al jubilarse asumió como Secretario de Seguridad municipal y la fiscal Dongiovani sigue en su cargo a disposición del poder político como lo demuestra su desastrosa investigación en la desaparición de Lucas Escalante y el asesinato de Lautaro Morello. Funcionarios que continúan sus carreras mas que en pos del bien común y la administración de justicia, a favor de intereses particulares del poder local el cual lo retribuye generosamente sosteniéndolos en sus puestos a pesar de su vergonzoso desempeño.
El sistema de impunidad ideado por Luis Genoud, y que cuenta con un sector del poder judicial como brazo ejecutor, es responsable de que las víctimas de la “masacre de Senzabello” no hayan tenido justicia y que las bandas del narcomenudeo culpables de esos crímenes sigan destruyendo las vidas de nuestros pibes y pibas.

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