Desde hace una década comenzaron a surgir loteos ilegales y ahora uno de ellos es en tierras del municipio sobre la transitada Avenida Cacheuta.
En el año 2014 diferentes organizaciones sociales impulsaron desde el Consejo Comunitario de Tierras y Vivienda un loteo social en tierras compradas por la Secretaría de Hábitat de la Nación y cedidas al Municipio de Florencio Varela.
En paralelo se constituyeron dos Cooperativas, COOPTEVA (creada con el fin de garantizar lotes a docentes) y la 23 de Noviembre compuesta por familias con necesidad de acceder a una vivienda.
COOPTEVA la presidia Julio «el Gaucho» Gutiérrez Secretario General del SUTEBA Varela y la Cooperativa 23 de Noviembre la presidia una militante del Movimiento Mayo llamada Claudia López también vinculada al sindicato docente.
Ambas cooperativas firmaron un convenio con la Municipalidad de Florencio Varela y se repartieron los lotes de este modo: 150 lotes para la Cooperativa 23 de noviembre y 30 lotes para COOPTEVA, rápidamente ubicaron 15 familias que se asentaron de modo precario con la promesa de que prontamente comenzaría el loteo social con fondos del gobierno provincial.
El 12 de julio del 2014 se realizó en Varela el Cabildo Abierto por el Hábitat donde con discursos enfervorizados diferentes dirigentes sociales y funcionarios provinciales y nacionales anunciaron la consolidación de una política municipal que sería ejemplo de la provincia.
Eran tiempos donde Cristina Kirchner y Daniel Scioli junto a Julio Pereyra gobernaban la nación, la provincia y el municipio, nada podía presagiar lo que estaba por venir.
El cambio de gobierno y la llegada de Macri y Vidal frenaron el proyectado loteo social en las 15 hectáreas, pero también los efusivos militantes que iban al reciente barrio también comenzaron a desaparecer.
Según cuentan las familias que habitan el lugar se quedaron solos, sin apoyo municipal y abandonados a su suerte por el Consejo de Tierras, pero algo grave empezó a suceder en las tierras municipales y era la venta ilegal de pedazos de tierras.
Los antiguos cuidadores del campo de apellido Morí se consideraban con el derecho de lotear ilegalmente el predio y vender esos pedazos de tierra, ante eso las familias comenzaron a llamar a los referentes sociales y funcionarios municipales.
Según cuentan las familias ya no atendían los teléfonos “el Gaucho” Gutiérrez, Ignacio Concetti, Tony Suárez, Pablo Reynoso, los referentes de la UNAJ. De buenas a primeras el proyecto se había desmoronado.
Durante 8 años las familias subsistieron con cableados eléctricos precarios, conexiones clandestinas de agua, tormentas que volaron techos y cada vez más familias que compraban lotes ilegales y nadie lo frenaba.
También estaba a la deriva la Cooperativa 23 de noviembre por las renuncias de autoridades, entonces un grupo de socios decidió regularizarla y sostenerla esperando que el viejo proyecto de señales de vida.
Luego de casi 8 años de espera, el 15 de septiembre del 2022, algunas familias tomaron contacto con el Espacio de Tierras Agustín Ramírez/Red de Organizaciones Comunitarias Monseñor Enrique Angelelli y se inició la lucha con numerosas protestas.
En esos ocho años se había perdido más del 60 % de la tierra a manos del loteo ilegal sin que el municipio, el Consejo de Tierras, la justicia o la policía lograran frenarlo.
Un nuevo grupo de familias estafadas se sumaban a las miles del distrito y otros se enriquecían fácilmente. Fueron varias reuniones entre la Cooperativa 23 de Noviembre y los funcionarios municipales que finalmente frenaron la venta ilegal al menos parcialmente.
Se acordó entre el municipio y la Cooperativa 23 de Noviembre lo siguiente: medir las primeras dos manzanas, ubicar las familias, realizar el tendido de agua, que se entregue a cada familia el acta de tenencia precaria y evitar que siga el loteo ilegal. Se han cumplido algunos puntos y otros están en curso.
La Cooperativa 23 de Noviembre y las familias que ya habitan el lugar siguen batallando por las condiciones dignas que el estado municipal debe brindar, los referentes sociales desde la UNAJ explican los logros demostrando que solo venden humo porque la realidad es totalmente distinta.
Un loteo ilegal dentro de las 15 hectáreas ubicadas en la transitada Avenida Cacheuta deja al desnudo la ineficacia del municipio o la complicidad de funcionarios ante un negocio millonario.
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