Corría el año 1995 cuando Carlos Menem gobernaba el país, el neoliberalismo estaba a la orden del día con su política económica estrella: la convertibilidad. La ley de convertibilidad, sancionada en 1992, establecía mantener una paridad cambiaria fija entre 1 peso y 1 dólar, es decir, 1 dólar valía 1 peso. La convertibilidad iba acompañada de la privatización de empresas nacionales y de la apertura económica (entrada de productos importados sin ninguna medida que proteja la industria nacional).
En esos años Menem lanzaba su reelección y en Varela ya gobernaba Julio Pereyra acompañado de Luis Genoud, Graciela Gianettassio y Carlos Kunkel.
Eran épocas en las que quienes estaban en el poder no hablaban de la dictadura militar ni de derechos humanos sino de las bondades del neoliberalismo; aunque la desocupación y la pobreza era cada vez mayor.
En 1995 Pereyra también lanzaba su reelección y el anuncio de un proyecto agropecuario para brindar trabajo a 200 personas, con la creacion de La Cooperativa La Voz del Campo .
El estado nacional aportó $100.000 en subsidio, el municipio dos subsidios de $10.000 y $50.000 para herramientas, equipamiento e insumos. Lxs trabajadores desocupadxs cobrarían un plan para desocupadxs de la Provincia de $200 y se sumarían otros $500 producto de las ventas, recordemos que debido a la convertibilidad, un peso valía 1 dólar.
Anunciaron la creación de la Cooperativa La Voz del Campo y designaron a los concejales de entonces Amancia Báez, Daniel Zisuela y Miranda (todos del Partido Justicialista) y a los funcionarios municipales Adriana Bustamante, Genaro Simeoli y su mujer Marta Duarte, devotos menemistas, como responsables del proyecto.
También se sumó un personaje llamado Héctor Faldeta que presidía la Fundación Naturaleza Viva y regentaba un centro recreativo, que al día de hoy es un negocio privado.
Por esos días se podía ver a concejales y funcionarios transformados en campesinos vestidos con bombachas de gaucho y alpargatas por el municipio y el Honorable Concejo Deliberante, y Julio Pereyra había sufrido la fractura de su pierna por intentar andar en caballos de salto en la Quinta Los Dos Molino, las pretensiones de nuevo rico tenían sus consecuencias .
Rápidamente se fueron incorporando trabajadorxs desocupadxs de diferentes puntos de la ciudad que empezaron a trabajar la tierra pero en condiciones muy diferentes a lo que se había anunciado: lxs trabajadorxs utilizaban sus propias herramientas, no tenían un lugar donde cambiarse y las condiciones laborales eran muy precarias en general.
Luego de meses de siembra en condiciones laborales de explotación, viendo que su producción se vendía pero solo cobraban el plan de $200 que les brindaba la provincia, y sumado a que una mujer perdió su embarazo trabajando en la siembra, estalló el conflicto con los trabajadorxs.
El 27 de junio de 1996, 50 trabajadorxs realizaron la denuncia penal por Enriquecimiento Ilícito y malversación de caudales públicos, causa número 14004, y a su vez se inició una causa laboral debido a las condiciones de explotación a las que estaban sometidos lxs trabajadores.
A pesar de que el peronismo gobernaba la nación, la provincia y el municipio no pudieron acallar las voces de quienes habían sufrido condiciones de semi esclavitud: Los relatos de explotación laboral asemejaban a los funcionarios y concejales peronistas a los patrones de estancia del comienzos del siglo XX.
La investigación recayó en el juez penal Marcelo Draghi y pasó por varios jueces como Ojeda, Nerguizian y finalmente en Juez Federal Manuel Blanco quien archivó finalmente la causa penal.
La causa laboral avanzó y lxs trabajadorxs lograron una condena laboral contra los concejales Daniel Zisuela y Amancia Báez y de lxs funcionarios Adriana Bustamante, Genaro Simeoli, su pareja Marta Duarte y Héctor Faldetta todxs personajes de extrema confianza del hiper menemistas Julio Pereyra .
Ambos juicios permitieron saber que la gran mayoría del dinero aportado por los subsidios del estado nacional y municipal no fueron invertidos en el emprendimiento, que la Cooperativa La Voz de Campo al momento de recibir el dinero estaba en formación y no poseía número de inscripción y que lxs trabajadorxs sufrieron todo tipo de malos tratos, amenazas y explotaciones laborales.
La producción se vendía al mercado MERVAL S.A de Avenida Senzabello cuyo gerente era Jorge Dolabjian, hermano de crianza de Julio Pereyra, era gerente del mercado pero también era síndico de la cooperativa en formación.
Un dato llamativo fue que el secretario de coordinación del municipio, Carlos Kunkel, fue el defensor de varios de los funcionarios, el autoproclamado defensor de los intereses populares defendía a quienes explotaron trabajadores.
En 1998 el Procurador de la Nación Rodolfo Díaz hizo públicas las 12 causas de corrupción más importantes del menemismo y una de ellas era la Voz de Campo.
Mas de 10 años despues volvemos a encontrar muchos de estos nombres en otra causa penal: Daniel Zisuela fue condenado a 13 años de prisión por Facilitacion y Promoción de la Prostitución de menores y mayores, Amancia Báez y Hugo Pereyra fueron mencionadxs por las sobrevivientes de trata en la causa Zisuela 2.
Actualmente Julio Pereyra sigue siendo el conductor del peronismo varelense y dueño del poder, Carlos Kunkel recuperó la memoria y pareciera que ya no defiende a los responsables de explotar laboralmente a los humildes, Héctor Faldetta se mudo a Sicilia, Italia dónde es dueño del Hotel Valente frente al mar Adriático.
Florencio Varela mantiene altas tasas de desocupación, barrios enteros que no tienen agua ni cloacas; y muchos grupos y personas que en 1995 eran parte de lxs que luchaban junto a las víctimas acompañadas por el Obispo Novak, la Hermana Marta Peloni y el Diputado Alfredo Bravo, hoy están abrazados al conductor del peronismo local.
Hoy, la lucha por la dignidad de lxs trabajadorxs explotadxs en La Voz del Campo es el ejemplo que alimentan otras luchas contra los mismos dirigentes y dueños del poder.
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