LA CONTAMINACIÓN EN EL BARRIO LA ROTONDA: UNA HISTORIA DE COMPLICIDADES

El Barrio “La Rotonda» se encuentra sobre la Ruta 36, a cuadras de la Rotonda de Alpargatas y es una muestra de la falta de planificación urbana de nuestra ciudad.

En la década del ‘60 se realizaron loteos dónde, sin ninguna explicación lógica, se establecieron lotes para viviendas y parcelas industriales para instalación de fábricas.

Al igual que sucedió en muchos lugares del país los lotes industriales se ubican alrededor de arroyos y cursos de agua,  facilitando la contaminación de los mismos.

Está práctica de generar loteos mixtos urbanos e industriales muestra desidia o corrupción de parte de las autoridades municipales o provinciales en la aprobación de los planos; quienes lo hicieron sabían que estaban generando una bomba de tiempo.

Hay que tener en cuenta que el crecimiento poblacional se dió a la par de la instalación de industrias contaminantes como la curtiembre Gibaud Hnos. Y Prolac dedicadas al tratamiento de residuos industriales contaminantes. Pero la empresa que generó el mayor daño ambiental sin dudas fue Industrial Varela que se dedicaba al reciclado de baterías de plomo.

Durante décadas a las empresas mencionadas les convenía pagar las exiguas multas municipales y coimear a los inspectores antes que adecuar sus instalaciones a las normas ambientales.

La Empresa Industrial Varela además arrojaba los residuos de las baterías de plomo en las calles para rellenar los pozos que el municipio no arreglaba pero tampoco controlaba que la empresa arrojará contaminantes a la vía pública.

Durante décadas estos contaminantes filtraron a las napas de agua y las familias bebieron agua contaminada como el aire que aspiraban dando como resultado un enorme daño a la salud y muertes.

La red de agua potable llegó cuando el plomo, el arsénico, el cromo y cadmio habían hecho estragos en la salud con daños en muchos casos irreversibles.

Recién en 1997 se declara la Crisis Ambiental por parte del municipio y en el 2006 el comité de crisis, durante una década el municipio y la Provincia de Buenos Aires nada hicieron para que cese la contaminación.

La justicia tardó aún más, recién en el 2022 cuarenta años después el Juzgado Contencioso Administrativo de La Plata en su fallo sostuvo «que Industrial Varela no contó ni con los mínimos instrumentos contenidos en las normas ambientales, ni seguro ambiental, ni autorización de vuelco de efluentes al Arroyo Las Conchitas” y ordenó que la Provincia de Buenos Aires remedie los daños producidos .

Hoy el Arroyo Las Conchitas sigue sufriendo el vuelco de efluentes contaminantes, el municipio “hace que” controla y la provincia, cada tanto, hace que inspecciona con la novedad de que se construyó un barrio de viviendas al lado de dicho arroyo.

A fines de los 90 Julio Pereyra había creado la frase «Varela es un buen lugar para vivir”… queda claro que no lo fue para víctimas de la contaminación en la rotonda ni sus familias pero si para Julio Pereyra y un puñado de farsantes que nadan en la abundancia económica.


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