La tarjeta SUBE (Sistema Único de Boleto Electrónico) fue creada el 19 de junio del año 2009, por medio de la resolución 84, y la decisión de implementarla resultó una mejora en el servicio de transporte en la región del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) y en 58 ciudades importantes del país.
En estos días, este sistema colapsó en nuestra ciudad pero: ¿qué es lo que está sucediendo?.
Son varias las cuestiones que están afectando al sistema SUBE, una de las más importantes es que el gobierno nacional, a cargo de Javier Milei, estableció que quienes no tengan la tarjeta registrada (al 31 de marzo del corriente año) pagarán más caro el boleto pasada dicha fecha. Hasta ahora las tarjetas podían comprarse y usarse sin estar a nombre de nadie en particular.
Ahora bien, esta nueva obligación se establece sin tener en cuenta el colapso de la página web donde se deben realizar los registros. Esto, inevitablemente, más que facilitar las cosas para cumplir con la obligación planteada y, en consecuencia, cuidar un poco el bolsillo ante los grandes aumentos en las tarifas del transporte, genera colas interminables en los lugares físicos habilitados, para tal fin, en Florencio Varela.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, aquí comienza la odisea por la cual las familias y lxs trabajadores siempre son lxs rehenes de estas situaciones que no se prevén. Y demás está decir que, ante tamaño panorama nacional de crisis general, recesión y alta inflación; lxs vecinxs necesitan registrar su SUBE cuánto antes.
Veamos porqué: actualmente el boleto mínimo de colectivo cuesta $270 y el de tren $130, si la persona no registra la SUBE pasaría a pagar $429,30 y $260 respectivamente, mostrando una diferencia de entre el 60% y 100% .
Además, se suma que la SUBE permite que (en caso de no tener dinero para cargarla) se acumule una deuda o “saldo negativo” de $1.080 que lo saldás al volver a cargarla, ese monto no fue actualizado con la suba descomunal del transporte y hoy representa cuatro boletos mínimos de ómnibus que la mayoría de lxs trabajadores gasta en un día.
Para complicar aún más la vida de la gente tampoco se actualizó el valor diario que tienen por día los comercios que ofrecen el servicio de carga de la SUBE. Entonces, ante el aumento tarifario rápidamente se quedan sin crédito para cargar y la gente debe realizar otras largas colas en las estaciones de trenes, o en las escasas terminales del Estado, que funcionan para poder nutrir la tarjeta.
Sin embargo, lo que sí se actualizó es el “plus” ilegal que cobran los comercios por la recarga de la SUBE debido a que el margen de ganancia por brindar dicha prestación es insignificante y ningún gobierno actualizó una ganancia acorde, jamás.
La ineficiencia y/ o el desinterés por la situación de quiénes usan y necesitan el transporte público generó una catástrofe que se suma al 250% de aumento del transporte automotor, el cual afecta aún más a las familias y trabajadores que utilizan a diario los colectivos y trenes.
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