Hace más de un año nuestra ciudad viene registrando desapariciones y muertes de pibes de modo violento sin que el sistema político diga nada sobre los acontecimientos.
Durante la campaña para elegir Intendente Watson , Casamiquela y Scrocchi nunca hablaron sobre esa violencia que azota la periferia de la ciudad producto de las violencias generadas por el narcomenudeo.
Hace un año el jefe de Estación Ramón Rodríguez repetía livianamente a medios y poder político «es la banda de los paisas», lo cual demuestra una gran habilidad para la mentira porque lograron que oficialistas y opositores repitieran esa falsedad, la cual no era tan difícil de desenmascarar: no existe ninguna “banda de los paisas” sino un conjunto de pequeños grupos dedicados al narcomenudeo.
Un lugar de llamativo silencio es el Concejo Deliberante de nuestra ciudad donde existe una Comisión de Seguridad presidida por Raúl Delgado, en la que David Marconi es el vicepresidente, Antonio «Tony» Suárez secretario y Miriam Aredes y Romina Alderete vocales, quienes no emiten ninguna opinión sobre la creciente violencia.
Esta Comisión de Seguridad y Derechos Humanos que integran oficialistas y opositores no emitió opinión ante el asesinato de Lautaro Morello y la desaparición de Lucas Escalante ni ante las numerosas muertes de pibes como víctimas del narcomenudeo.
Además en el municipio la Subsecretaría de Seguridad está a cargo de Roberto Mongelos el pereyrista y ex jefe distrital de nuestra ciudad quien en la masacre de Av. Senzabello y fruto de su sagaz investigación logró que terminara archivada sin ningún culpable.
Roberto Mongelos es uno de los más de 30 jefes policiales que por obra y arte de Julio Pereyra se convirtieron en funcionarios desde 1992, los hubo en Tránsito, Guardia Comunal, Ceremonial, Asuntos Legales y hasta en el cementerio.
Estamos ante un pacto de gobernabilidad de sectores de la política y la policía que se salió de causes o la creciente violencia es alentada por personajes de las tramas mafiosas para ir generando un clima de desgobierno que despeje el camino para que el pereyrismo retome el control del municipio.
Mientras oficialistas y opositores juegan con fuego nuestros pibes mueren o desaparecen en los barrios de la periferia de la ciudad.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.