Desde 1992 a la fecha más de 30 miembros de las Fuerzas de seguridad, sobre todo de la bonaerense, pasaron a ser funcionarios municipales después de jubilarse. Si bien es bastante común que policías retirados asuman responsabilidades en la Secretaría de Seguridad de los municipios, en Florencio Varela la cantidad es llamativa: Más de 30 miembros de las fuerzas de seguridad pasaron a ser funcionarios municipales, algunos con considerables prontuarios y, la mayoría, con absoluto desconocimiento de la gestión municipal.
Funcionarios de la policía bonaerense, miembros de marina y ejército se desempeñaron en áreas tan diversas como sumarios, ceremonial, tránsito, seguridad, cementerio, inspección general y guardia comunal. Es difícil entender porque tantos miembros de esas fuerzas ocuparon cargos municipales, y eso nos lleva a preguntarnos. ¿Eran eficientes cómo fuerzas de seguridad? ¿Será por eficacia en la gestión municipal? ¿o es la forma de pagar favores?.
Desde la llegada al poder de Julio Pereyra en 1992, acompañado de Graciela Gianettassio, Luis Genoud y Carlos Kunkel, comenzó un hecho político llamativo: numerosos comisarios asumen cargos de funcionarios públicos en el municipio después de jubilarse. Si bien la mayoría se jubilaron como comisarios, también hay jefes distritales, con cargos en la Departamental de Quilmes, incluso miembros de la marina.
Entre los nuevos trabajadores municipales tenemos a un polémico ex titular de la Comisaría 1° de apellido Negri, que fue Director de Ceremonial, sin dudas, una cualidad rara para un miembro de la fuerza. Otros ex comisarios que devinieron en funcionarios fueron Segundo Gonzalez, quien se especializó en administración de cementerios; y el Gallego González, encargado de la dirección de Tránsito.
Actualmente, el secretario de seguridad es el ex Jefe Distrital, Roberto Mongelot, quien estaba en funciones cuando se produjo la masacre de Senzabello y debido a su brillante tarea investigativa, la causa fue archivada.
También se desempeñan en el área de seguridad otro ex jefe de igual rango como Oscar Cano, los ex comisarios Félix Chaile y Oscar Barros, y otros ex policías de menor rango.
Cuando se creo la guardia comunal, una fuerza civil, se designa al comisario mayor Jesús Ernesto Celis, como secretario de seguridad ciudadana, y a Victor Antonio Elías cómo director de la nueve guardia civil. Elias fue teniente de la bonaerense, exonerado por extorsión contra una empresa de seguridad. Como verán la honestidad es un valor que no le preocupa a la gestión municipal.
Tampoco las complicidades durante la última dictadura cívico militar parecen preocupar al municipio de Varela, porque el ex Sargento del Ejército Fernández Varela investigado por la ejecución sumaria de Ricardo Sapag el 17 de octubre de 1977 en cercanías de Ruta 2 y Avenida Luján, fue Delegado Municipal de La Capilla.
Así como un miembro de la Marina, el ex Suboficial de apellido Varela, autoproclamado admirador del ex dictador Videla, se desempeñó como sub director de Inspección general. Todavía se recuerdan sus peleas con el entonces Director de Inspección, José Chagaray, ex concejal del Modin de Aldo Rico.
Otro caso a destacar es de quién fue jefe de caballería, el comisario mayor Jorge López, quien durante más de una década fue el secretario legal y técnica del municipio y, entre otras propiedades, era dueño de un Harás de caballos. Un personaje que siempre aparece presente en diferentes situaciones irregulares como quedo claro en el loteo ilegal organizado por el ex policía federal Alejandro Bacca.
Casi todos los miembros de esas Fuerzas de Seguridad actuaron en nuestra ciudad, muchos de ellos tuvieron a cargo investigaciones de hechos graves en los que nunca encontraron responsables. Que la bonaerense sea una de las fuerzas que aporta funcionarios municipales habla de una estrecha relación con el poder político de larga data que colaboró en que numerosas investigaciones no rozaran a funcionarios de conductas sospechadas.
¿Qué dicen de esta relación los sectores que integran el gobierno municipal y se definen progresistas? ¿No les genera preocupación esa estrecha relación con personajes que pasaron por nuestra ciudad con prácticas policiales que deterioraron nuestra democracia?.
Estos funcionarios o ex funcionarios policiales fueron parte del autofinanciamiento y autogobierno de la bonaerense en sus diferentes etapas incluso en la maldita policía de Duhalde. Quizás Julio Pereyra, Carlos Kunkel, Luis Genoud y ahora Watson puedan explicar esta búsqueda de policías para gestionar la cosa pública.
Estas presencias en la gestión municipal son otra faceta más de las tramas mafiosas que se construyeron a lo largo de décadas, y hoy a 40 años de la vuelta a la democracia mantienen hundida en la decadencia a nuestra ciudad.
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