Hace varias semanas el foco de atención de nuestra sociedad se encuentra en la cuarentena dispuesta a raíz del COVID-19. A diario nos encontramos con los nuevos números que se registran de casos positivos y de víctimas fatales.
Sin embargo, no debemos dejar de lado que otro número que crece de manera alarmante es el de las mujeres víctimas de femicidios: según el Registro de Femicidios del Observatorio Nacional MuMaLá “Mujeres, Disidencias, Derechos”, desde el 12 de marzo cuando empezaron las restricciones de circulación y posteriormente el aislamiento social obligatorio y hasta el 28 del mismo mes, hubo 12 casos.
Frente a esta situación, son varias las líneas telefónicas que se habilitaron para recibir denuncias por violencia de género y también los nuevos métodos que se intentan implementar teniendo en cuenta que muchas mujeres se encuentran conviviendo durante la cuarentena con sus agresores.
La última medida tomada al respecto es una iniciativa del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD) y la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) según la cual desde el miércoles 1 de abril cualquier persona víctima de violencia podrá pedir ayuda pidiendo un “barbijo rojo” en las farmacias, donde quien reciba dicho pedido deberá dar aviso inmediato a la línea 144.
En entrevista con FM La Barriada, Corina Fernandez, sobreviviente de un intento de femicidio y presidenta de la Asociación Civil Hay una salida, opinó desde su propia experiencia y expresó su preocupación sobre la situación en que se encuentran las mujeres víctimas de violencia de género.
“La mujer queda más desprotegida”, opinó. “Por más que pueda ir a una farmacia y hacer una denuncia, ¿a dónde la llevan a esa mujer?”, planteó Fernández.
En este sentido, problematizó sobre el funcionamiento de la justicia al señalar que en caso de una denuncia el hombre no es detenido sino que es excluido del hogar, por lo que hay que tener en cuenta si existe personal policial disponible durante este período de aislamiento social para garantizar que no se presente en la casa de la mujer. “
“Las mujeres desesperan porque de tener al hombre trabajando pasan a tenerlo en su casa todo el día y esto se incrementa”, advirtió.
“No funcionaba cuando no había cuarentena, ¿va a funcionar ahora?”, planteó Fernández sobre el sistema judicial.
Asimismo, señaló que la violencia de género es un tema que quedó “relegado” detrás de la preocupación por el Coronavirus. Al respecto destacó que si bien desde la Asociación mantienen contacto con las mujeres vía Whatsapp, no pueden asistir a todas y además al estar cerrada no funcionan los talleres que brindan habitualmente.
Por otra parte, expresó su preocupación frente a iniciativas tales como la clave de “Barbijo rojo”. “Muchos pueden no coincidir conmigo, pero en muchos lugares le dicen a la mujer que denuncie y en realidad cuando quiere hablar hay que escucharla, tienen que escucharla personas capacitadas que puedan medir el riesgo en que se encuentra”, alertó.
“Para que una mujer vaya a hacer una denuncia tiene que estar empoderada”, opinó y resaltó que también debe tener “un plan b”, saber si se irá a la casa de su madre o se quedará en la suya, pensar qué hará con sus hijos, y también que hay que tener en cuenta si trabaja y si tiene plata para comer.
“Yo recomiendo que la mujer antes de denunciar se asesore, que tenga un plan b, que sepa que va a hacer”, expresó. “Si no te queda más remedio que convivir con el violento, trata de no desafiarlo porque te puede dar un golpe que puede ser mortal”, aconsejó Fernández.
“Si no hay una justicia que acompañe, lo único que logramos al decirle a la mujer que denuncie es ponerla más en riesgo”, advirtió. “Hay una sociedad entera que cambió, que dice “basta”, pero por otro lado tenemos una justicia que no cambió en nada”, denunció.
“Me salvé de milagro”
Corina Fernández es sobreviviente de un intento de femicidio por parte de su ex pareja Javier Weber, quien en 2010 le disparó en el pecho luego de un año y medio de amenazas.
“Me salvé porque me tenía que salvar de milagro”, expresó Corina Fernandez en entrevista con FM La Barriada.
“Durante un año y medio denuncié pero nadie me escuchó”, declaró Fernández y aseguró que si no fuera porque intentó matarla y fue preso, las amenazas hubieran seguido.
Por otra parte, destacó la labor de la Asociación Argentina de Prevención a la Violencia Familiar que preside Graciela Ferreyra, con la cual la Asociación Hay una salida trabaja en conjunto.
Además de los talleres que se dictan en “Hay una salida”, Corina Fernández recorre el país dando charlas de concientización y prevención de violencia de género, donde también se presenta la película “No me mates” basada en su caso.
Para escuchar la entrevista completa, hacé click aquí.
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